'Jurassic Park' de MegaDrive es el juego retro ideal para 'Jurassic World Rebirth': dinosaurios y graficazos en 16 bits

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'Jurassic Park' de Steven Spielberg llegó acompañada de grandes juegos y títulos interactivos. La versión de SEGA es impresionante.El mundo vive con pasión la llegada de los dinosaurios gracias a Jurassic World Rebirth pero hace unas cuantas décadas la dinomania nos golpeó a todos. En 1993, la fiebre jurásica invadía todos los rincones del entretenimiento. Jurassic Park, la superproducción de Steven Spielberg, arrasaba en taquilla y también lo hacía en consolas, con adaptaciones que variaban radicalmente de una plataforma a otra. Entre ellas, la versión para MegaDrive —desarrollada por BlueSky Software y publicada por SEGA— destacó por su enfoque puramente arcade y una decisión arriesgada que la hacía única: permitir al jugador controlar tanto al Dr. Grant como a un velocirraptor.Jurassic Park para MegaDrive es un videojuego de acción y plataformas con graficazosA diferencia de la mayoría de versiones licenciadas del filme, que fueron desarrolladas por Ocean Software -de la que os hablamos en Vandal-, Jurassic Park para MegaDrive fue un proyecto interno de SEGA, encargado a BlueSky Software, un estudio californiano conocido por sus trabajos con licencias y sus habilidades técnicas en 16 bits. El objetivo no era recrear el argumento o las historias de la película paso por paso y con precisión milimétrica, sino crear una experiencia intensa, rápida y centrada en la acción.El equipo, liderado por el productor Tony Van, se inspiró en títulos como Flashback o Prince of Persia para animar al Dr. Grant con rotoscopia. Los movimientos eran fluidos y detallados, tanto al correr, saltar o escalar, como al utilizar las distintas armas no letales disponibles: pistolas tranquilizantes, bombas de gas, y bengalas eléctricas. Sobre el papel molaba, y mucho, ver cómo el personaje cobraba vida en pantalla en 2D con gran realismo. Eso sí, el control no era del todo preciso, y a veces podía ser frustrante. La versión de SEGA contaba con un Alan Gran y un Raptor de gran realismo y estaba enfocada a la acciónPero lo realmente innovador fue permitir una segunda campaña completamente distinta, protagonizada por un raptor. Esta elección transformaba el juego por completo, ofreciendo una perspectiva depredadora, más veloz, con combates cuerpo a cuerpo y habilidades distintas, como saltos más largos y la posibilidad de trepar. El raptor no usaba armas, pero podía atacar con garras y dientes, lo que daba al jugador una experiencia más brutal. Esta idea, a posteriori, se recuperaría en El mundo perdido: Jurassic Park, el videojuego en 3D licenciado por EA, que nos ofrecería un planteamiento similar pero en Isla Sorna.Los años no pasan en balde, está claro, pero la atmósfera terrorífica, muy opresiva, recuerda a la aproximación de Gareth Edwards con la reciente secuela de Jurassic World que podemos disfrutar en cines. Bosques oscuros, instalaciones abandonadas, templos perdidos, dinosaurios agresivos ocultos en cada rincón... Jurassic Park para la 16 bits de SEGA destila una sensación única que muy pocos juegos basados en películas han conseguido replicar.Dos historias y dos estilos de juego: podríamos ser Alan Grant y un VelociraptorCada personaje recorría zonas distintas del parque: laboratorios, selvas, cavernas, hangares y áreas industriales. Los niveles de esta aventura de acción con toques de plataformas variaban mucho en diseño y dificultad según el personaje elegido, y aunque el desarrollo era más lineal que en la versión de SNES, se incluían pequeñas rutas alternativas y algunos puzles simples.Es impresionante ver cómo una de las secuencias más míticas de la novela original de Michael Crichton, la de la persecución de la balsa por parte del T.rex, que tenía importancia en uno de los niveles de Grant -una secuencia que, descartada del filme original, ahora llega a Jurassic World Rebirth-, en lo que podemos considerar uno de los tramos más espectaculares de esta adaptación en 16 bits.Jugar como el Dr. Grant suponía enfrentarse a múltiples tipos de dinosaurios y humanos armados, en una aventura de supervivencia más estratégica, en la que teníamos que lanzar dardos tranquilizantes a los animales o electrocutarlos. En cambio, el modo raptor ofrecía velocidad y agresividad, aunque con menos variedad de enemigos. La banda sonora, compuesta por Sam Powell, no replicaba los temas de John Williams, pero apostaba por una ambientación envolvente, electrónica y llena de percusión, que encajaba con el tono directo del juego. Además, los rugidos digitalizados y los efectos sonoros fueron un punto fuerte gracias a las capacidades del chip Yamaha de la MegaDrive.Un juego que arrasó en ventas y sigue siendo muy queridoEs curioso cómo ambas consolas de sobremesa de la época tuvieron su gran representación del éxito de Spielberg con aproximaciones muy distintas pero, a la postre, complementarias. La versión de SNES apostaba por un tono colorido, ambientación ligera y exploración abierta, mientras que Jurassic Park de MegaDrive se centraba en la acción, la jugabilidad arcade y el espectáculo visual. No había perspectiva en primera persona ni mecánicas complejas -era un título menos ambicioso-, pero sí una respuesta más rápida y una experiencia intensa y rejugable. Como os decimos, el control era mejorable, y qué decir de los saltos imposibles, pero a día de hoy sigue siendo muy reivindicada por un gran segmento de los jugadores.Curiosamente, la versión de Game Gear, también de SEGA, reciclaba parte de esta filosofía, pero eliminaba la opción del raptor y reducía el desarrollo a una aventura de plataformas más convencional y simple en términos técnicos, pero de igual estructura y planteamiento.Jurassic Park de MegaDrive fue un éxito rotundo en ventas y uno de los cartuchos más promocionados de SEGA en 1993. La campaña publicitaria, agresiva como la marca del erizo acostumbraba por aquel entonces, enfatizaba la posibilidad de “jugar como dinosaurio”, algo que pocos títulos ofrecían en aquel momento. Fue traducido a varios idiomas y distribuido internacionalmente, convirtiéndose en un imprescindible del catálogo de la consola para muchos,Hoy, el juego es recordado con cariño por su ambición técnica, su jugabilidad ágil y esa doble campaña que añadía valor y rejugabilidad. Aunque limitado en profundidad narrativa, supo capturar el espíritu aventurero de la película, ofreciendo a los jugadores no una, sino dos formas de sobrevivir (o cazar) en el Parque Jurásico.