El silencio reina frente al Museo de Arte Prohibido cinco días después de anunciar su cierre indefinido. Nadie puede acceder a las 200 obras que Tatxo Benet, fundador junto a Jaume Roures del imperio mediático Mediapro, había agrupado por haber sido censuradas, prohibidas o denunciadas por motivos políticos, sociales y religiosos en algún momento de la historia. Es martes 1 de julio y los turistas que pasean buscando sombras en las calles adyacentes al paseo de Gràcia (Barcelona) ignoran que durante los últimos 110 días en esa acera se manifestaron piquetes informativos con sillas y llamativas pancartas con la palabra “vaga” (huelga en catalán) delante de la Casa Garriga Nogués, el hermoso edificio de inspiración modernista de la calle Diputació que acogía la colección privada del empresario y periodista. Una protesta permanente que ni siquiera se desmontó el día del apagón. Seguir leyendo