El último día de junio, un lunes tórrido, la Fundación Caballero Bonald acogió la presentación Eros danza, un libro de relatos eróticos. El calor de las calles de Jerez no fue un impedimento para que un numeroso público, amante de la literatura, acudiera a la calle Caballeros. Ricardo Rodríguez dialogó con Isabel Canales Martínez sobre el contenido y el proceso de creación de la obra. Ricardo, que imparte el taller literario Atención continua a escritores noveles en la Fundación, ha sido el encargado de seleccionar los relatos de Eros Danza. Ha seguido paso a paso la gestación de estos relatos, nos explicó Josefa Parra en sus palabras de apertura. La sesión comenzó y terminó con la intervención musical de Jarabe de arte, con temas de Sabina y Miguel Ríos.La maquetación del libro ha estado al cuidado de José Ramón García, de la editorial Torrejoyanca. El diseño de la portada es una idea de la autora. Aunque Ricardo era más partidario de usar el color negro, por sus connotaciones eróticas y su sensualidad, al final se optó por un color tierra, más cálido. En la contraportada aparece un texto de Josefa Parra, unas líneas que aportan interesantes claves para comprender los relatos: “Adentrarse en este libro de Isabel Canales supone un viaje -a veces placentero, a veces alucinatorio, siempre sorprendente- a un catálogo de pulsiones eróticas y amatorias con las que podremos o no sentirnos hermanados, pero que innegociablemente se corresponden con nuestra condición humana”.Isabel Canales junto a Ricardo Rodríguez en la Fundación Caballero Bonald. Foto: JUAN CARLOS TORORicardo nos explicó cómo había nacido el libro, desde los esbozos iniciales hasta el resultado final. Isabel le comentó un día en la Fundación que tenía un proyecto de un libro, una idea que todavía no se había concretado del todo. A Ricardo le atrajo la posibilidad de acompañar a la autora en ese proceso de creación. Isabel le enseñó un conjunto de escritos que abordaban lo erótico desde diferentes enfoques. “Entonces me di cuenta de que, dentro de lo que me había mostrado, lo más interesante estaba en los relatos cortos. Isabel ya ha escrito varios libros. Este último es un avance, un paso adelante en su actividad literaria, porque creo que ha encontrado su verdadero cauce expresivo”. Según Ricardo, el relato es el género que mejor encaja con la forma de ser de Isabel.Todo escritor, si quiere evitar la impostura, debe ser fiel a sí mismo, escribir desde lo que es… Por eso Ricardo le pidió a Isabel que hablase de su currículum, de su trayectoria vital, así podríamos entender mucho mejor este conjunto de relatos. Isabel Canales agradeció, en primer lugar, la labor realizada por Ricardo Rodríguez: “Lo que ha hecho es una selección taxonómica de mis relatos. Ha elegido los que ejemplifican cada una de las formas de Eros, para bien y para mal. Hay relatos sanos de Eros y otros insanos”. Isabel Canales se sitúa a sí misma en el lado derecho de la campana de Gauss. Esto supone estar en el lado de los mejores, pero también trae sus complicaciones, como la dificultad para relacionarse con los demás, “ya que muchas veces no te entienden”. Nos explicó que ha tenido tres vidas, “tres desarrollos curriculares”. A los dieciocho años aprobó unas oposiciones y se independizó. Ha estudiado psicología, trabajo social, dirección de hospitales y neuropsicología. Colaboró con el neurofisiólogo Rodríguez Delgado. Sin embargo, se terminó dedicando a la psicología de las organizaciones y realizó su doctorado en psicología de la salud. Ha trabajado muchos años en planificación sanitaria. “Y ahora estoy haciendo lo que más me gusta: escribir”.“El libro Eros danza ofrece una visión caleidoscópica de lo erótico”, señaló Ricardo. En el libro queda reflejada la rica complejidad vital de Isabel. Los textos se nutren tanto de la experiencia personal como de la profesional. “El tema erótico le sirve para penetrar en la condición humana… Aborda los problemas con valentía y cierta provocación”, subrayó Ricardo. El libro le ha servido a la autora para “redefinir los parámetros del género, del relato en sí”. Isabel no para de generar ideas. Y maneja muy bien la precisión y brevedad del relato. Uno de los aspectos que han tenido que trabajar más ha sido la forma de cerrar las narraciones, tan importante en este género. Para Ricardo el mejor relato de Eros Danza es La compañera. Es un texto que habla de la metamorfosis. Isabel utiliza ahí con maestría la técnica del relato corto. Por eso le sirvió de modelo para el resto.Portada del libro, editado por Torrejoyanca. Foto: JUAN CARLOS TORO Isabel Canales empezó a escribir sobre estos temas por dos motivos. El primero tiene que ver con una experiencia personal desagradable. Se preguntó cómo una persona podía llegar a cruzar los límites y cometer una agresión sexual. Y vio con claridad que hay tres factores que mueven al ser humano: el dinero, el sexo y el placer. Entonces se puso a escribir relatos sobre lo erótico, desde todos los puntos de vista. El segundo motivo es más filosófico. “Con la industrialización, los seres humanos se han dedicado a trabajar, a producir y se han olvidado de sí mismos, del la sensualidad, del placer…”, explicó Isabel. Es una sociedad que ha dejado a un lado lo erótico para centrarse solo en el mercantilismo, el consumo y la codicia. Así no podemos ser felices. Vivimos amargados, alejados de nuestra propia sensualidad.“El erotismo es la desanimalización del amor físico”, dicen autores como Bataille y Vargas Llosa. Isabel nos aclaró que la sensualidad “no es una forma de ser, no es algo innato, sino una forma de vivir”. Hay que aprender a sentir, hay que entrenar para desarrollar la sensualidad y el erotismo. El concepto de erotismo va mucho más allá del sexo. Es el instinto de vida, la creatividad… El erotismo se manifiesta en todas las actividades humanas, desde el amor y el sexo hasta la amistad y la contemplación de un paisaje. Eros y Thanatos, la pulsión de vida y la de muerte rigen nuestras actividades diarias. Estos relatos hablan de cómo desarrollar con libertad nuestro erotismo, con alegría y sin autocensura. En los relatos hay ejemplos de esas elecciones vitales libres, que conducen a la felicidad, desde el respeto y el amor a una misma.