Guachochi, Chihuahua-. En el fin de semana del Internacional Ultramaratón de los Cañones, la mayoría de los participantes esperan por un momento en particular: enfrentarse a la Barranca de Sinforosa. Un “monstruo” de 1,890 metros de profundidad, catalogada como la reina de las siete barrancas del estado y que, naturalmente, le da el título a la intensa prueba en la Sierra Tarahumara y donde los Rarámuris son los constantes dominadores.TE PODRÍA INTERESAR: ¡Querer es poder! Tras quedarse ciego por las drogas, Rubén Corral protagonizó el Ultramaratón de los CañonesBasta observar el mirador, sentir el vértigo pese a nunca haber tenido miedo a las alturas y perderse en la profundad del cañón para entender las dos perspectivas que en su mayoría dominan este fin de semana. La primera es de aquellos que no encuentran sentido en correr por una ladera angosta, donde con un mal paso puedan caer cuesta abajo, lastimarse e inclusive perder la vida, solamente por una competencia.En la segunda, están todos aquellos a los que se les enchina la piel pensar todo lo anterior, que aceptan el reto con placer y que no necesariamente se trata de solo corredores. Algunas personas locales inclusive tienen que hacer el camino obligatoriamente, al ser la conexión de sus poblaciones con el resto de la civilización. Los que van al trabajo o a la escuela, no tienen otra opción más rápida más que arriesgar su integridad, y de ahí que, más adelante, conozcan la ruta y tengan la resistencia para conquistarla en este tipo de pruebas.¿Dónde empiezan las carreras en La Barranca de Sinforosa? La Barranca de Sinforosa es la escenario principal de tres carreras durante el fin de semana de competencia de Guachochi: los 21K, 63K y 100K. Sin embargo, en la primera únicamente se inicia desde la parte final de la ruta en la sierra, en las otras dos, es lo que forma a los campeones o lo que derrota a los incrédulos.En los 63K y 100K, los competidores arrancan desde el centro del pueblo mágico en punto de las cuatro de la mañana. Minutos antes, se lleva a cabo un ritual donde una especie de chamán Rarámuri, conocidos como Owíruame, bendice a los corredores para que tengan un buen regreso. Mientras que otros simplemente besan sus tenis y reciben el mismo procedimiento con la quema de incienso y hierbas, para encontrar ese extra que todo mundo necesita.De la plaza central de Guachochi, los corredores, en una obscuridad casi absoluta y solamente guiados por las luces de la patrulla municipal que lidera al grupo, poco a poco suben la sierra, las casas quedan atrás para ceder el panorama a un bosque y el pavimento termina su trabajo en la entrada cuando todo camino es de tierra.Rarámuris participan en el Ultramaratón de los CañonesMientras el sol lentamente muestra algunos destellos, varios pobladores, en su mayoría Rarámuri, observan desde el sigilo y apoyan a los suyos, sobretodo antes de comenzar el descenso a la barranca. Solamente llegar a este punto, toma cerca de hora y media a los competidores más habilidosos, y el doble a los que menos. A partir de aquí, se separan de aquellos que buscan sobresalir en el deporte, de los que simplemente buscan una actividad recreativa.Son alrededor de 30 kilómetros de recorrido durante todo el tramo de Sinforosa. El descenso no es tan complejo, pero los cambios de presión y de temperatura por al subir y bajar de altura son algo a tomar muy en serio. Se llega a un riachuelo y, tras recorrerlo, inicia la parte más difícil.Las asistencias médica cuidan a los corredores del Ultramaratón de los CañonesDespués de 40 kilómetros bajo el sol, con un alto porcentaje de humedad, el camino angosto por el desfiladero llega a su final con un puente sobre el vacío, que conecta las dos partes de la barranca y donde se tiene la mejor vista del panorama. Ahí, los cuerpos médicos están listos para hidratar y atender a los que no puedan más. Parte del staff de la carrera, anima a los competidores y también les ofrece una cerveza par motivarlos a lo que se viene.La subida al mirador de Sinforosa no es cualquier cosa. Dos kilómetros de un empinado y descuidado camino de tierra, con charcos de lodo, enormes rocas en el medio y que pueden ser acompañadas por las siguientes que caigan por el costado, además de que no existe barandales para proteger a los competidores. Un mal paso y todo terminará en el fondo de la barranca.¿Qué pasa si llegas a la cima de la Barranca de Sinforosa?Al llegar a la cima, la multitud los recibe como auténticos héroes y los anima a tocar la campana que refleja que están en el último tramo. “Solamente” 21 kilómetros los separa de la meta, aunque eso es para los de la categoría de 63K, los de 100K deberán regresar todo el camino y llegar nuevamente hasta el puente de la barranca y volver al centro de la ciudad.Aunque ha sido conquistados por muchos, la Barranca de Sinforosa sigue como uno de los escenarios favoritos para todos aquellos que buscan un reto en el senderismo o el campo traviesa. Un monstruo que impresiona a propios y extraños, pero que es lo suficientemente dócil para permitir que, año con año, más de 400 competidores busquen la gloria en sus caminos. Como fue el caso de José Luis Nieto, quien se convirtió en bicampeón de al prueba madre con un tiempo 9:23:25 horas.¡Ya tenemos canal de WhatsApp! 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