El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, reabrió el debate sobre el papel del poder político en una democracia al hacer una afirmación contundente durante su intervención en un evento conmemorativo el pasado viernes 4 de julio, donde dejó claro que “un millón de votos, diez millones de votos, no importa. Recibimos un mandato popular, pero no somos el pueblo”.Su mensaje, transmitido también a través de un video en sus redes sociales, plantea una reflexión de fondo sobre el alcance del mandato democrático y la necesidad de que los funcionarios elegidos popularmente reconozcan los límites de su representación.Lea también: Preocupa caída de exportaciones colombianas a EE. UU. y China por petróleo y carbónEn este sentido, Galán sostuvo que quienes han sido elegidos por el pueblo deben entender que el mandato recibido es limitado en el tiempo y en las funciones, y que debe ejercerse con respeto por las reglas del juego institucional.“El mandato popular no equivale a una autorización para saltarse las instituciones, las reglas y las formas”, advirtió, y a su juicio, el hecho de que una propuesta haya sido votada mayoritariamente no justifica imponerla sin debate o sin los ajustes necesarios a través de los canales democráticos, como el Congreso o los concejos municipales.Alcalde Carlos Fernando GalánAlcaldía XSegún Galán, la institucionalidad democrática implica más que ganar elecciones, ya que “que el pueblo vote por unas propuestas no implica que unas reformas puedan imponerse eliminando incluso su discusión o modificación en el Consejo o en el Congreso, como corresponde según la propia Constitución”.Poco después de sus declaraciones, el ministro de Educación, Daniel Rojas, reaccionó a través de su cuenta en X, respondiendo con ironía que “Galán tiene razón. Él no es pueblo, él representa a la oligarquía y gobierna para sus intereses. Ser pueblo es una decisión política”, rechazando el argumento de Galán, mediante una crítica ideológica en la que alejó al mandatario distrital de las líneas sociales que ellos defienden.Ante esta afirmación, Galán publicó un nuevo mensaje en su cuenta de X en el que reiteró su postura y le respondió al ministro que “tal vez no entendió, pero con mucho gusto le explico. Decir que yo, como alcalde, no soy el pueblo significa que, aún siendo un funcionario de elección popular, elegido por la mayoría del electorado de la ciudad, no puedo arrogarme la representatividad única del pueblo”.Otras noticias: Pesimismo en la economía colombiana afloja, pero no se va del todoDicho esto, lanzó una dura pulla al resaltar que “bueno, usted, que no ha sido elegido, tampoco puede. Es uno de los principios de la democracia”, poniendo nuevamente de relieve una diferencia de fondo sobre cómo se entiende la representación popular en el actual panorama político colombiano.Así mismo, en su debate, Galán recalcó que “ese mandato popular, además, no equivale tampoco a una autorización para saltarse las instituciones, las reglas y las formas. Que el pueblo vote por unas propuestas no implica que unas reformas puedan imponerse, eliminando incluso su discusión o modificación en el Consejo o en el Congreso, como corresponde según la propia Constitución”.El ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín.Cortesía“Quienes somos elegidos por el pueblo no somos el pueblo”, puntualizó el Alcalde de Bogotá en su planteamiento de que gobernar no implica apropiarse de la voz de toda la ciudadanía, sino ejercer un encargo temporal con responsabilidad, equilibrio y respeto por la pluralidad democrática.La controversia ha despertado distintas reacciones en redes sociales, en un contexto político marcado por debates sobre el alcance del poder presidencial, la legitimidad del Congreso y el respeto por las formas democráticas y aunque no se mencionó directamente al presidente Gustavo Petro, las palabras de Galán resuenan como una crítica indirecta a la idea de que el mandato electoral puede justificar la imposición de reformas sin diálogo ni debate.