A punto de iniciar su séptimo año en el poder —el segundo más allá de lo establecido en la Constitución de El Salvador—, Nayib Bukele sigue siendo un presidente enormemente popular, pese a haber consolidado a escala internacional su imagen de “dictador”. Un calificativo que, según dijo el domingo en su discurso a la nación, no le preocupa en lo más mínimo. Este lunes, una de las encuestas de opinión más confiables del país centroamericano le atribuyó una aprobación de 8,5 sobre 10.Seguir leyendo