La motosierra de Javier Milei sigue funcionando y mutilando las áreas del Estado que el Gobierno ultra considera en las antípodas de su ideología. Mientras aumenta el gasto en la Secretaría de Inteligencia, por ejemplo, los organismos públicos enfocados en los derechos humanos sufren una nueva tanda de recortes, despidos de trabajadores y degradación institucional. Así, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación acaba de ser reducida a subsecretaría. El Archivo Nacional de la Memoria y el Museo Sitio de Memoria ESMA -que funciona donde estuvo el campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada- pierden sus estructuras y su autonomía. Lo mismo ocurre con el Banco Nacional de Datos Genéticos, el organismo creado para colaborar con la búsqueda de los hijos de desaparecidos que fueron apropiados durante la dictadura (1976-1983). Seguir leyendo