En mayo de 2018, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó por unanimidad la Resolución 2417, dando un impulso político a las obligaciones contenidas en los Protocolos Adicionales a los Convenios de Ginebra de 1977, que prohíben el uso del hambre como arma de guerra. En la Resolución se hacía un llamamiento explícito a todas las partes en conflicto para que permitan el acceso sin trabas a la ayuda humanitaria y garanticen el suministro de alimentos a la población. Insta a que se investiguen y sancionen los actos que destruyan recursos esenciales para la supervivencia de la población civil.Seguir leyendo