La diabetes es una enfermedad silenciosa. Tanto, que se estima que entre el 25% y el 30%de las personas que la padecen no saben que la tienen. Este dato, tan contundente como preocupante, pone sobre la mesa la necesidad de mejorar el diagnóstico precoz y la conciencia social sobre una patología que, si no se detecta y trata a tiempo, puede afectar gravemente a órganos vitales como el corazón, los riñones, los ojos o el sistema nervioso. El Dr. Alberto Aliaga, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón , en Sevilla, explica: “No se trata solo de bajar el azúcar, sino de entender que la diabetes es una enfermedad sistémica que afecta a todo el organismo. El tratamiento debe ser completo, abarcando la presión arterial, el colesterol, el peso y, por supuesto, los hábitos de vida saludables.” La diabetes tipo 2, que representa cerca del 90% de los diagnósticos , está estrechamente relacionada con el estilo de vida. Una alimentación poco equilibrada, el sedentarismo y la obesidad son factores determinantes, aunque la predisposición genética también influye. La buena noticia es que muchos de estos factores pueden modificarse. De ahí la importancia de la prevención activa, incluso antes de que aparezcan síntomas. Los expertos insisten en que aprender a comer bien, sin eliminar grupos de alimentos, pero manteniendo un control sobre las porciones y los azúcares añadidos, puede ser decisivo. Los programas de educación nutricional ayudan a mantener la glucosa en niveles adecuados y a prevenir la progresión de la enfermedad. Los avances tecnológicos han cambiado la forma de gestionar la diabetes. Dispositivos de monitorización continua de glucosa permiten conocer en tiempo real los niveles de azúcar, mejorando el control y facilitando decisiones terapéuticas más ajustadas. En determinados casos, especialmente en personas con obesidad severa, la cirugía metabólica puede ser una opción eficaz. Tras una valoración multidisciplinar, esta intervención puede lograr un mejor control glucémico e incluso, en algunos pacientes, una remisión de la enfermedad. Una de las claves para reducir el impacto de la diabetes es detectar la enfermedad cuanto antes. En muchos casos, el diagnóstico llega solo cuando aparecen complicaciones como visión borrosa, infecciones frecuentes o cansancio inexplicable. Pero entonces, ya se ha perdido un tiempo precioso. Entre las complicaciones más temidas, los especialistas destacan la retinopatía diabética, una de las principales causas de ceguera en adultos, y el pie diabético, que puede derivar en úlceras e incluso amputaciones si no se trata a tiempo. Por ello, se recomienda realizar revisiones periódicas, especialmente si existen factores de riesgo como sobrepeso, hipertensión o antecedentes familiares. Desde el Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón se promueve un modelo de atención integral que contemple no solo el control de la glucemia, sino también la presión arterial, los lípidos, el peso y los hábitos de vida. “La implicación del paciente es fundamental”, señala el Dr. Aliaga. “Es importante que entendamos la diabetes no como una enfermedad del azúcar, sino como una condición crónica compleja que afecta a todo el cuerpo.” Saber que uno tiene diabetes puede parecer una mala noticia, pero no saberlo es mucho peor. Actuar a tiempo marca la diferencia porque la importancia de un diagnóstico precoz es esencial para evitar complicaciones graves.