El presidente estadounidense Donald Trump sigue creando incertidumbre. Amenaza al presidente ruso Vladimir Putin y al mismo tiempo declara que todo lo que está sucediendo es culpa del ucraniano Volodimir Zelenski. De todo lo que dice Trump, sus aliados del G7 sólo retienen lo que les conviene y ahora se preparan para celebrar la victoria de los nacionalistas integristas ucranianos y para financiar la reconstrucción de Ucrania. Poco importa que no exista tal “victoria” y que no haya dinero para pagar la reconstrucción de la que tanto hablan. Para los dirigentes occidentales la guerra es sólo un juego, pero somos nosotros quienes la pagamos.