A Chayanne y Sevilla le sobran ritmo

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Si tu ídolo de la adolescencia te lo pide con esa delicadeza del subjuntivo tan propio del español, cómo no acudir. Si la voz de las letras que canturreas sin pensar en cualquier fiesta y que te recuerda a los momentos más felices te dice: «Tanto tiempo esperando, pa' verte de nuevo/ Yo sé que me sigues pensando/ Y que si me ves te vienes de nuevo», quién puede negarse a la cita. Si el hombre con nombre de cowboy es capaz de llevar al límite sus aventuras, ya sea en otra vida en Marte o jugándose la terrenal sobre el ruedo sólo para que salgas a la pista una vez más, no hay playa, resaca del sábado, ni temperatura tropical —al final hasta sopló una aliviante brisa— que se interponga para el reencuentro. Chayanne volvía anoche a Sevilla después de casi tres lustros y una pandemia por medio que obligó a cancelar en 2020 su concierto en el estadio de la Cartuja. Allí habría sido galáctico, desde ayer, es aún más mítico. La Plaza de España vivió este domingo una de las actuaciones más esperadas por el público de Icónica Santalucía Sevilla Fest , en el mejor arranque de sus cinco ediciones con Justin Timberlake —única parada en España— y el inicio de la gira 'Jesucrista Superstar' de Rigoberta Bandini. Además, y especialmente, por el 'Bailemos otra vez' del puertorriqueño. Poco después de las 10.30 de la noche, el cantante salió, volcánico, total look negro con camisa y chaqueta de brillo, y el fulgor de la constelación de móviles que celebraron su llegada. La mezcla de su más reciente éxito, el que da nombre a su último disco y del tour con el que ha vuelto a España, con dos de sus canciones más marchosas, 'Salomé' y 'Boom Boom' —esas que seguro que más de un lector que ronde los 40 habrá interpretado como baile de fin de curso— ya valió la pena la espera para los 16.800 espectadores que se desgañitaron y contonearon con la casi treintena de canciones que ofreció el eterno galán. Tiró por la balada ' El centro de mi corazón' para darle aire a la energía concentrada pero inmediatamente, ya sin la casaca, se puso a provocar a las caprichosas con un ritmo endiablado y envidiable. 56 años y la capacidad pulmonar (y más atributos de su físico) que parecen que tenga 25. «La edad no importa» , bromeó con la propia y al contar que había empezado su carrera cuando solo tenía 10. No se sabe si Elmer Figueroa ha hecho un pacto con el diablo pero sí que firmó un contrato con el público sevillano. «Mi gente, qué placer tan grande estar aquí en Sevilla, esta tierra maravillosa de Andalucía, tienen todo. Gracias por su cariño y calor, todo eso se ha hecho con todo el amor y entusiasmo. Siempre digo, ustedes manden que yo obedezco», se dirigió al enfervecido auditorio. Los que pagaron la entrada de 'front stage' habrán dormido esta noche con la misma sonrisa perenne del intérprete, siempre cercano, íntimo y entregado. «Todo lo que vivo es muy especial, no doy nada por hecho y la luna hoy es testigo. Es una fortuna poder presentarme en un lugar tan bonito, tienen sitios hermosos», dijo mientras enumeraba las canciones que aún aguardaban en el repertorio de esta gira. Antes del 'speech' ya había dado cuenta de algunos de los singles de su último álbum como el mambo 'La clave'. Chayanne se reinventa y muchos de sus fans le redescubren en su faceta más romántica con baladones como 'Atado a tu amor', 'Y tú te vas' o 'Completamente enamorado'. Pero si había nostalgia era de su directo, el que le faltaba a Icónica para completar el triplete de estrellas puertorriqueñas, coetáneas, junto a Ricky Martin y Marc Anthony . Era momento de desplegar la munición caribeña, la que le habrá dejado a más de uno agujetas en los brazos -mover los pies era más difícil por la concentración de público-, con un medley que sirvió para presentar a la banda y sus bailarines y que recordaba a una noche de crucero o de discoteca en la costa. Esas que, por pura naturalidad, de verdad son memorables. Esos 'Palo bonito', 'Este ritmo' y 'Fiesta', su primer gran éxito en los 80 (sí, hay mucho Chayanne antes de 'Salomé') dieron paso a un nuevo cambio de vestuario (ya la camisa antes había sido sustituida por una chaqueta negra sin mangas, ¿cuántos litros de sudor derrochó?) y otra intervención del cantante a cuenta de 'Si nos quedara poco tiempo'. «Algunas veces el trabajo nos lleva a distintos lugares y uno no puede compartir con su familia, pero siempre los pienso», confesó. A su único mayor que aún vive, su padre, le va a decir que anoche estuvo en Sevilla «bien caliente y bien bueno». De Venezuela, de Perú, de Brasil y por supuesto de su tierra se vieron banderas en el monumento diseñado por Aníbal González para celebrar el vínculo con Iberoamérica. «La familia y amigos son todos en la vida», dijo. Y la de ayer estuvo de fiesta hasta después de la madrugada. Con más declaraciones románticas del último disco que, como él, se ha hecho esperar por años, 'Te amo y punto', u otras más conocidas como 'Humanos a Marte'. Y también con otras más espectaculares, ¿más?, como 'La madre tierra'. Cuando suena el tambor barrunta final. «Esta energía, ¿me la puedo llevar en mi corazón?» Se volvió a dirigir a su legión. Se engalanó de nuevo con una chaqueta pesada de color burdeos que le duró puesta lo que el 'Tiempo de vals'. El género que todos esperaban era la bachata y lo que todas deseaban es que Chayanne las invitara a subir para compartir con él el baile más sensual. La afortunada lloró a mares. El momentazo de su vida. Con 'Un siglo sin ti' volvió a bajar el artista para regalar otros recuerdos a los de las primeras filas. ¡Qué 'Torero'!