Elon Musk se despidió este viernes de la Casa Blanca, un lugar donde siempre estuvo fuera de sitio. Sin formación política ni experiencia previa y huérfano de vocación de servicio público, nunca fue la persona idónea para asesorar al Gobierno federal, por mucho que tuviera el apoyo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El hecho de que trabajara para la Administración a la vez que mantenía la gestión y la propiedad de sus negocios, como Tesla, X y Space X, era indefendible, ya que generaba conflictos de interés, erosionaba la confianza pública y debilitaba la credibilidad de una institución que él quería mejorar. Seguir leyendo....