Empresas ahorrarían impuestos al ofrecer beneficios de alimentación

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Un nuevo impulso a la política laboral y fiscal podría estar gestándose en el Congreso colombiano mediante el Proyecto de Ley 469 de 2024, actualmente en trámite legislativo, que propone otorgar incentivos tributarios a las empresas que ofrezcan subsidios de alimentación a sus empleados y es vista por los expertos como una iniciativa con alto potencial de impacto económico, fiscal y social.Así lo confirma un estudio publicado por Fedesarrollo, que analizó a profundidad los efectos de este beneficio para las empresas, los trabajadores y las finanzas públicas, que básicamente plantea que los empleadores puedan elegir entre dos beneficios tributarios al otorgar el subsidio de alimentación a sus trabajadores. Uno es descontar el 25% del valor pagado en subsidios de alimentación del impuesto de renta a pagar y el otro es deducir el 150% de ese gasto de su base gravable del impuesto de renta.Lea también: Jornada nocturna desde las 7 p.m. y otros puntos aprobados de la reforma laboralEstos incentivos buscan fomentar la adopción voluntaria del subsidio de alimentación como una herramienta para mejorar la calidad de vida de los trabajadores, especialmente los de menores ingresos y según el informe, el 83,8% de los trabajadores en Colombia gana menos de dos salarios mínimos, mientras que el 45,7% no alcanza siquiera uno.Un efecto circularEn este contexto, estos analistas advierten que un apoyo alimentario por parte del empleador no solo representa un alivio económico, sino una mejora directa en el bienestar, la salud y la productividad de los trabajadores; lo que generaría un ciclo económico positivo que derivaría en reducción de las brechas sociales y del hambre.Una de las principales conclusiones del estudio de Fedesarrollo es que este tipo de subsidios, aunque implique una reducción del impuesto de renta pagado por las empresas, no representan una pérdida para el Estado, ya que al contrario, gracias al dinamismo económico que genera el consumo del subsidio, parte de ese dinero vuelve al fisco en forma de nuevos impuestos.Impuestos y alimentos.Imagen generada con Inteligencia Artificial - ChatGPTAsí las cosas, sostienen que por cada peso invertido en subsidios de alimentación, se generan $3,76 en actividad económica total, $0,34 en nuevos impuestos, y $0,35 en salarios adicionales, lo que daría un efecto multiplicador que se explica porque el gasto en alimentos genera encadenamientos en varios sectores como la producción, transporte, comercio y servicios.“Numerosos estudios internacionales han demostrado una relación directa entre una alimentación saludable, la seguridad laboral y la productividad por incentivar una mayor motivación laboral, capacidad física y mental, concentración y sensación de agrado con una ingesta equilibrada de alimentos”, dice el reporte.Otras noticias: Dólar amplía sus pérdidas este miércoles: ¿romperá el soporte de $4.100 esta semana?Además, resaltaron que el subsidio se canaliza exclusivamente por vías formales como vales, tarjetas electrónicas o convenios con restaurantes registrados, lo que incentiva la formalización de negocios y el cumplimiento de obligaciones fiscales.“La utilización de los bonos sociales puede contribuir a la formalización del comercio al incentivar la transición de la economía informal a la formal. En varios países, los bonos han sido empleados como mecanismos para regular el empleo en sectores con alta informalidad, como el trabajo doméstico y los servicios personales”, resaltaron.Pesos colombianosiStock¿Quién asume el costo?El informe también se dio a la tarea de revisar cuánto del subsidio de alimentación asumirían el Estado y las empresas según el incentivo tributario escogido y dijo que, con la deducción del 150%, el Estado cubriría el 52,5% y la empresa el 47,5%; mientras que con el descuento del 25%, el Estado asumiría el 60% y la empresa el 40%.Aunque esto pareciera que podría apretar la caja del Estado, resaltaron que gracias al efecto multiplicador, el Estado recupera gran parte vía recaudo, generando un beneficio neto del 16,6% y 9,1% respectivamente. Esto sin contar que para las empresas, el subsidio no solo implica menos impuestos.Más información: Los retos de la empleabilidad en Colombia de cara a la reforma laboral“También se traduce en mayor productividad, menor ausentismo, menos rotación de personal y mejor ambiente laboral. Trabajadores bien alimentados rinden más y se enferman menos. Según Fedesarrollo y experiencias internacionales, estos programas pueden reducir el ausentismo hasta en un 50%, elevar la productividad hasta un 99% y generar un retorno de inversión superior al 100%”, acotaron.Un triple impactoDesde el sector empresarial, la propuesta ha sido bien recibida. Angélica Gutiérrez, gerente país de Pluxee, resalta el potencial transformador de esta política y dice que “los beneficios de alimentación no son solo un incentivo laboral: son una herramienta poderosa para reducir brechas, mejorar la calidad de vida y fortalecer el tejido productivo del país”.“Las empresas tienen un papel fundamental en la construcción del bienestar social. Los beneficios de alimentación no son solo un incentivo laboral: son una herramienta poderosa para reducir brechas, mejorar la calidad de vida y fortalecer el tejido productivo del país”, afirmó Angélica Gutiérrez, gerente país de Pluxee.ImpuestosImagen generada con Inteligencia Artificial - ChatGPTDesde su perspectiva, esta política no solo mejora las condiciones laborales, sino que también ofrece resultados medibles para la economía nacional y destacó que logra un triple impacto porque “mejoran la salud de los trabajadores, fortalecen la productividad empresarial y generan retorno fiscal para el país”.Según Pluxee, el trabajo conjunto entre sector público y privado en torno a este tipo de subsidios puede convertirse en un motor de transformación laboral y social. Además, permite visibilizar cómo el bienestar de los empleados repercute directamente en la eficiencia organizacional y el desarrollo económico.Noticia destacada: Paro nacional: medio millón de usuarios afectados por bloqueos en TransMilenioFedesarrollo estimó el alcance nacional que tendría el subsidio si se aplicara masivamente y dijo que con una cobertura del 10% de los trabajadores formales, el impacto total sería de $51 billones, equivalente al 3% del PIB. De igual forma, si la cobertura llegara al 30%, la economía se expandiría en $153 billones, o 9% del PIB. Además, el efecto multiplicador generaría un incremento del 0,8% del PIB en salarios y en recaudo tributario.Programas similares existen desde hace décadas en Europa y América Latina, como es el caso de Francia, donde los bonos de alimentación han reducido el trabajo no declarado en el sector de ayuda a domicilio o en México, donde los subsidios son deducibles hasta en un 100% si se consideran herramienta de trabajo.Estos analistas cerraron diciendo que más que un subsidio, es una inversión inteligente, ya que cada peso puesto en alimentación laboral no solo mejora vidas, también activa la economía y fortalece el recaudo y para las empresas, es un camino hacia el ahorro tributario y el fortalecimiento interno; para el Estado, una política social que se paga sola.