La Unión Europea lleva años endureciendo su política migratoria con el objetivo de frenar los flujos de llegadas con medidas cada vez más controvertidas. Ahora, los Veintisiete avanzan hacia el desarrollo del Pacto Migratorio aprobado en la pasada legislatura y la adopción de una lista de países "seguros" que acelerará los procedimientos de retorno de los nacionales de estos Estados una vez se les deniegue su petición de asilo, algo que actualmente pueden frenar los tribunales. En paralelo, la Comisión ha propuesto flexibilizar las normas sobre estos terceros países considerados seguros, ampliando los supuestos en los que se podrán expulsar a los migrantes y elimina la necesidad de que exista un vínculo entre las personas que piden asilo y el país al que es trasladado. Simplemente pasar por un país seguro es suficiente para poder ser trasladado allí. A esto se suma la también propuesta de Bruselas de legalizar el uso de centros fuera de la UE para deportar a migrantes, lo que recuerda a las experiencias del Reino Unido en Ruanda o de Italia en Albania.Seguir leyendo....