«No hemos nacido para mirar atrás, sino para seguir sirviendo». Con esa convicción, la Antigua, Ilustre y Real Cofradía de la Santa Caridad de Toledo, expresada por Fernando Redondo, su Mayordomo de Finados, dio comienzo este sábado a las celebraciones por su 940 aniversario con una celebración litúrgica mozárabe. Casi un milenio después de su fundación, la cofradía reafirma su vocación de caridad concreta y servicio cristiano, vigente desde 1085. Las vísperas mozárabes se celebraron en el templo de San Lucas , presididas por el Capellán Mayor, José Antonio Martínez. La ceremonia congregó a fieles, cofrades y representantes de otras hermandades. «Más que una conmemoración ha sido un llamamiento claro al envío misionero en el espíritu de Pentecostés, un testimonio público de que la Santa Caridad sigue viva, activa y necesaria», señala la Cofradía, que entiende que la caridad «no es una reliquia del pasado, sino una identidad viva». Los cánticos, incienso, salmos y oraciones en comunidad que se sucedieron durante la liturgia de rito hispano envolvieron a los asistentes en una experiencia que conecta directamente con las raíces cristianas de Toledo y de la propia Cofradía. La Santa Caridad, fundada tras la conquista cristiana de la ciudad por Alfonso VI, ha sido desde sus orígenes una institución de misericordia, servicio y caridad concreta. A lo largo de casi diez siglos ha acompañado a los más necesitados sin interrupción . Hoy, en un nuevo contexto social y cultural, renueva su compromiso con la misma fuerza: servir al prójimo sin protagonismos, con humildad y eficacia evangélica. La celebración contó con una nutrida participación de hermanos, colaboradores, parroquianos y representantes del tejido cofrade. Y en ella, la Cofradía quiso agradecer públicamente «la presencia y el compromiso de quienes sostienen su labor cotidiana y discreta, esa fidelidad callada que la define». El 940 aniversario se desarrollará a lo largo del próximo año, con un programa que combinará celebraciones litúrgicas, actividades culturales, formación espiritual y nuevas acciones de caridad. «El objetivo es claro: hacer visible la actualidad de un carisma que sigue ofreciendo esperanza allí donde el dolor , la pobreza o la soledad parecen imponerse», señala la Cofradía.