La inteligencia artificial colabora en el desarrollo de un tratamiento experimental contra el cáncer

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El uso de inteligencia artificial (IA) en la medicina sigue abriendo caminos inesperados. Un grupo de investigadores liderado por la Universidad de Cambridge ha logrado un avance prometedor al diseñar un tratamiento experimental para el cáncer de mama utilizando como asistente a una versión especializada de GPT-4, el modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI.Lo más sorprendente es que el tratamiento no incluye fármacos oncológicos tradicionales. En su lugar, la IA ayudó a identificar combinaciones de medicamentos ya aprobados y disponibles en el mercado para otras enfermedades, como el colesterol alto o la dependencia al alcohol. Esta propuesta representa una forma alternativa de combatir el cáncer, reduciendo costos, tiempos de aprobación y posibles efectos secundarios.¿Cómo ayudó la IA en esta investigación?El equipo utilizó una estrategia que podríamos comparar con rebuscar en un botiquín doméstico para ver qué remedios podrían tener usos inesperados. A través de una base de datos con fármacos ampliamente utilizados y bien documentados, como estatinas (usadas para el colesterol) y medicamentos para tratar el alcoholismo, alimentaron a GPT-4 con toda la información conocida de estos compuestos.La IA, actuando como un “científico virtual”, fue capaz de detectar patrones ocultos y proponer combinaciones de medicamentos que potencialmente podrían tener un efecto positivo sobre células cancerígenas. Esto no es trivial, ya que el análisis de relaciones no evidentes entre moléculas es una tarea compleja y lenta cuando se hace de forma manual.¿Qué resultados obtuvieron los investigadores?Tras analizar miles de combinaciones posibles, GPT-4 propuso 12 parejas de medicamentos. De esas, tres demostraron ser más efectivas que algunos tratamientos convencionales contra el cáncer de mama. Con estos resultados en mano, los científicos realimentaron la IA con los datos de eficacia, y esta devolvió cuatro nuevas combinaciones, de las cuales otras tres también mostraron resultados prometedores en las pruebas de laboratorio.Es importante destacar que estas combinaciones no atacan células sanas, lo que reduce los efectos secundarios, una de las principales limitaciones de las terapias actuales. También evita la necesidad de desarrollar fármacos desde cero, un proceso que puede tardar más de una década.¿Qué ventajas ofrece este enfoque?Este método ofrece varios beneficios relevantes:Ahorro de tiempo y recursos: reutilizar medicamentos ya aprobados elimina años de investigación clínica.Accesibilidad: los medicamentos sugeridos son de uso común y, por tanto, mucho más económicos y disponibles globalmente.Reducción de efectos colaterales: al no ser agentes citotóxicos tradicionales, su perfil de seguridad está más estudiado.Agilidad en la innovación médica: los ciclos de prueba y error con IA son mucho más rápidos que los ensayos humanos iniciales.Es como si, en lugar de construir un puente nuevo, se aprovechara una estructura ya existente para cruzar el río más rápido.¿Cuáles son los próximos pasos?Por supuesto, aún estamos en las etapas iniciales. Las pruebas se realizaron en entornos controlados y con modelos celulares. Para que esta metodología llegue a los hospitales, se necesitan ensayos clínicos exhaustivos que confirmen la eficacia y seguridad de estas combinaciones a largo plazo.Además, habrá que estudiar si estos tratamientos son igual de efectivos en distintos tipos de cáncer, ya que lo que funciona en un tipo de célula puede no ser aplicable a otro.¿Reemplazará la IA a los médicos?No. Y los propios investigadores lo dejan claro. La IA puede ser un herramienta poderosa, pero no sustituye el juicio clínico, la experiencia ni la ética médica. Su rol es el de un asistente incansable que procesa información a una velocidad inhumana y ofrece ideas que a veces los humanos no considerarían.Lo más interesante es que incluso si una sugerencia de IA no es directamente útil, puede inspirar nuevas líneas de investigación, abrir puertas a hipótesis o reinterpretar datos antiguos con ojos frescos.Un futuro más rápido e inteligente para la medicinaEste experimento no es un caso aislado. Otras investigaciones han usado IA para diagnosticar enfermedades raras, personalizar tratamientos o detectar condiciones como el autismo desde etapas tempranas. La tendencia es clara: la inteligencia artificial se está consolidando como una aliada clave en la innovación médica.Lo relevante no es solo la tecnología en sí, sino cómo se emplea: con rigor científico, ética y como complemento de la inteligencia humana. En este caso, los investigadores no buscaron reemplazar tratamientos, sino encontrar alternativas más accesibles y menos invasivas.Puede que falte tiempo para que estas combinaciones estén disponibles en farmacias, pero ya se ha dado un paso importante hacia una medicina más rápida, económica y personalizada.La noticia La inteligencia artificial colabora en el desarrollo de un tratamiento experimental contra el cáncer fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.