Qué bonito es el Rocío, qué bonita es la marisma y qué bonita es Doñana. La célebre sevillana en boca de los numerosísimos peregrinos de Moguer al pasar ante su simpecado cuando llegaron a la aldea almonteña hacían indicar lo que tantos corazones deseaban: el Rocío había pasado de ser un sueño para convertirse en una realidad palpable. No cesaban los vivas ni los abrazos cuando apenas quedaba una hora y media para el pistoletazo de salida oficial de la romería en este año jubilar de la Iglesia universal: el comienzo de las presentaciones ante el santuario a las seis de la tarde del viernes. El Rocío se fue llenando de romeros, devotos y curiosos venidos de todas partes conforme avanzaba la jornada. Quien se diera un paseo a lo largo de la mañana pudo ver a las Pileñas alegrando a los transeúntes de la calle Moguer con sus cantes, y también la ofrenda floral de los operativos del Plan Romero a la Blanca Paloma. Las hermandades más tempraneras aprovecharon para renovar las flores de su carreta mientras otras iban entrando en la aldea. Era el caso, por ejemplo, de las filiales de Huévar del Aljarafe y Bollullos de la Mitación , cuyos simpecados alcanzaban sus respectivas casas de hermandad antes del mediodía entre aplausos de sus romeros. Unos romeros que, en ambos casos, tendrán tiempo de descansar del camino, puesto que no se presentarán en el santuario hasta el sábado por la tarde. Las del viernes, a partir de las seis de la tarde con la llegada de la filial más joven, Torremolinos , se van asentando un año más como arranque de la romería del Rocío. Las comitivas de las primeras hermandades en presentarse aguardaron pacientemente a pleno sol hasta que pusieron comenzar a desfilar por delante de la ermita para rezar ante la Blanca Paloma. A las puertas de la misma, Santiago Padilla, presidente de la hermandad Matriz , dio la bienvenida a todos los peregrinos a la romería del Jubileo recordando el lema del mismo, «Peregrinos de la Esperanza». Invitó a todos los romeros que se han echado a los caminos a «sembrarlos y llenarlos de amor a la Virgen y al Pastorcillo Divino». También se acordó del fallecido Papa Francisco y del recién proclamado León XIV, así como de los efectivos del Plan Romero, apuntando que «Doñana es el marco natural de la romería, el que le confiere ese carácter especial» y cargado de fe. «Vivamos con gozo y alegría este nuevo Pentecostés», concluyó. Los vivas a Montequinto y Dos Hermanas de la primera filial de la provincia de Sevilla en postrarse ante la Reina de las Marismas, las redes de pescar y los atributos carmelitas de la carreta de Garrucha o el conato de resbalón de una romera procedente de Sabadell fueron algunos detalles de los calurosos primeros compases de las presentaciones en la explanada de una aldea que todavía vivía una cierta tranquilidad antes de la llegada de algunas de las comitivas más numerosas, como la de Huelva, que entró en El Rocío al atardecer entre multitudes. Mientras tanto, por el epicentro del fervor rociero continuaban pasando romeros de las 46 hermandades más noveles, filiales llegadas de todos los rincones de Andalucía y también de España , desde Alicante hasta San Sebastián de los Reyes y desde Cornellá hasta Palma de Mallorca, e incluso desde el extranjero, como los rocieros de Bruselas con su bandera de la Unión Europea, hermandad que celebra este año sus bodas de plata. La universalidad de la devoción rociera está fuera de toda discusión. La extensa caballería de la hermandad de Cartaya ocupó buena parte de la explanada del santuario mientras sus tamborileros, vestidos con chaquetas blancas impolutas pese al polvo del camino -al contrario que las camisas de los peregrinos que empujaban la carreta-, anticipaban la llegada del simpecado acompañado de un gentío. Con los sombreros en el aire llegaban los romeros de Valencina de la Concepción y, tras ellos, los de Salteras, ambas corporaciones con un nutrido grupo de peregrinos a pesar del calor de la tarde. Acompañada de la Guardia Civil y la Policía Nacional a caballo, y con vivas a España, se presentaba la hermandad Castrense , que salió de Tablada el pasado martes. Mientras el novedoso altar para la misa de romeros del domingo, que este año cambia de emplazamiento, iba cogiendo forma en la marisma, cada vez eran más las personas que se agarraban a la reja del santuario para rezar, cantar, dar vivas o simplemente para mirar fijamente a la Virgen del Rocío durante la tarde de presentaciones. Apenas terminaba la misa en el interior del templo cuando fuera resonaban las campanitas agitadas por los romeros de Estepona . Una a una fueron pasando todas las corporaciones mientras las casas de hermandad iban cobrando vida. Málaga-La Caleta puso todo el corazón de sus romeros no sólo cantando con intensidad a la Virgen, sino incluso acercando a la patrona de Almonte un devoto que se encontraba en silla de ruedas, al que, ovacionado, levantaron en el aire. Después de Carmona y Mairena del Alcor , el cierre de la jornada de presentaciones en el santuario llegó con la larga comitiva de caballos y romeros de los rocieros de la Macarena , marianos por partida doble. Al fin y al cabo, este año, como siempre pero más que nunca, todos los romeros rocieros son peregrinos de la esperanza.