¿Influye tu signo del zodiaco en la forma en que aparcas el coche?

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La capacidad de aparcar correctamente depende directamente de la experiencia al volante, la habilidad y coordinación individual, el tipo de coche que se conduce (tamaño y maniobrabilidad), las condiciones específicas del aparcamiento (espacio y visibilidad) y, sorprendentemente, incluso el estado de ánimo del conductor. Por lo tanto, en principio y a la creencia popular o a los mitos astrológicos, la forma en que aparcas tu vehículo no tiene por qué tener ninguna relación con tu signo zodiacal. Si embargo, según un estudio de Personality and Individual Differences (Luo et al., 2023), nuestra forma de ser se refleja al volante: las personas con rasgos de neuroticismo o baja empatía tienden a conducir —y aparcar— de forma más impulsiva. El estudio sugiere que rasgos como la responsabilidad y la amabilidad están asociados a una conducción más segura, mientras que el neuroticismo y la baja amabilidad se vinculan a comportamientos impulsivos al volante. A partir de esta conexión entre carácter y conducción, Parclick ha realizado un análisis lúdico sobre cómo aparcaría cada signo del zodiaco. Aunque la astrología no tiene base científica, este enfoque humorístico busca identificar «manías al volante» que a menudo resuenan con rasgos de personalidad comunes, como el «Virgo perfeccionista» o el «Sagitario optimista» que busca aparcamiento en el centro un sábado por la noche. Aries aparca con la misma energía con la que vive: sin pensarlo dos veces. Impulsivo y algo temerario , ve un hueco y se lanza, aunque para ello tenga que hacer un giro imposible. Tiene un talento casi innato para detectar huecos donde nadie más los ve, aunque su falta de prudencia a veces le juega malas pasadas. Para Aries, la mejor plaza es la que está justo junto a la salida , perfecta para salir corriendo hacia su siguiente aventura. Su lema debería ser: «la mejor batalla es la que se evita… especialmente si reservas con antelación». Tauro, por el contrario, es paciente, metódico y profundamente territorial . Si encuentra su plaza ideal, no la suelta. Para él, aparcar es un acto de confort: necesita espacio, tranquilidad y, si puede ser, que esté cerca de su restaurante de confianza. Defenderá su sitio como si le perteneciera desde 2019 y le cuesta aceptar que existen alternativas. A veces, un pequeño recordatorio como «hay más plazas en el parking que terrazas en Madrid» puede abrirle la mente. Géminis convierte cada búsqueda de aparcamiento en una partida de ajedrez contra sí mismo. Inquieto y versátil, duda constantemente entre subir otra planta o volver atrás. Puede mantener tres conversaciones mientras maniobra y cambiar de opinión en plena marcha. Para él, lo ideal sería tener dos plazas contiguas y decidir en el último segundo. Cáncer aparca con el corazón. Elige plazas que le traen buenos recuerdos, como aquella donde estacionó por primera vez tras sacarse el carnet. Su vínculo emocional con los lugares es tan fuerte que le cuesta cambiar, aunque existen opciones más prácticas. Su memoria fotográfica para recordar dónde dejó el coche es admirable, aunque a veces lo sentimental no es sinónimo de funcional. Leo necesita que el mundo lo vea. Aparcar es, para él, un acto de presencia: su coche debe estar bien situado, en una plaza espaciosa y con buena luz. Nada de aparcamientos oscuros o esquinas escondidas. Su debilidad es su necesidad constante de destacar. Virgo transforma cada maniobra en un ejercicio de precisión. No hay margen de error en su aparcamiento: si hace falta recolocar el coche siete veces, lo hará. Su nivel de exigencia es tal que puede estresarse si las líneas no están perfectamente pintadas. Pero su superpoder es justamente esa capacidad para encajar el coche como un guante . Para Virgo, una plaza bien iluminada y milimétricamente delimitada es más que una necesidad: es una satisfacción personal. Libra vive atrapado entre opciones. Si se le presentan dos plazas similares, puede pasar minutos decidiendo cuál elegir. Su necesidad de equilibrio lo lleva a buscar la plaza perfecta entre precio, ubicación y comodidad . Aunque su indecisión puede resultar frustrante, tiene un gran don para evitar conflictos e incluso mediar en disputas ajenas. Escorpio es estratégico por la naturaleza. Nunca aparca por casualidad: tiene un plan, conoce los parkings secretos y siempre parece saber algo que los demás no. Se mueve con sigilo, buscando ubicaciones escondidas, pero perfectamente situadas. Su debilidad es su desconfianza: tiende a pensar que otros conductores compiten con él. Sagitario es optimista hasta la médula. Cree que, pase lo que pase, encontrará estacionamiento en el centro un sábado por la noche. Y si no lo encuentra, improvisa. Su confianza en que el universo le proveerá es admirable, aunque no siempre eficaz. A veces acierta, otras no. Para Sagitario, una plaza cerca de nuevos restaurantes por descubrir es lo ideal. Capricornio es el más pragmático del zodiaco. Aparcar es una operación logística: precio, ubicación y tiempo. Tiene probablemente una hoja Excel con todos los estacionamientos disponibles y sus características. No improvisas, no pierdes tiempo. Acuario no aparca, innova. Busca soluciones distintas, parkings con puntos de carga eléctrica, acceso digital, sensores inteligentes… Siempre va un paso por delante y le gusta sentir que el lugar donde deja su coche está a la altura de sus ideas. A veces sus propuestas pueden sonar radicales, pero su espíritu pionero lo hace destacar. Piscis se deja llevar por su intuición. Aparcar, para él, es una experiencia emocional. Puede tener un presentimiento sobre una plaza o seguir una corazonada… y acabar completamente perdido entre columnas. A veces acierta, otras no tanto, pero su conexión con los espacios es innegable. Aunque cada signo tenga sus propias manías al volante, hay un consejo universal que nunca falla: reservar plaza con antelación. No importa si eres un Leo exigente, un Capricornio calculador o un Piscis que se deja llevar por la intuición; anticiparse es la forma más inteligente de evitar vueltas innecesarias, estrés de última hora y precios elevados. Según los datos de Parclick , quienes planifican su aparcamiento con tiempo no solo ahorran dinero, sino que también disfrutan de una experiencia mucho más relajada, especialmente en ciudades con alta demanda o en fechas clave.