oPt: La destructiva operación militar de Israel en Cisjordania aviva el desplazamiento forzado masivo de población palestina

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Country: occupied Palestinian territory Source: Amnesty International Please refer to the attached file. El ejército israelí ha desplazado a decenas de miles de palestinos y palestinas destruyendo casas e infraestructuras civiles en los campos de refugiados de Yenín y Tulkarem hasta dejarlos inhabitables como parte de la brutal operación militar que está llevando a cabo en la Cisjordania ocupada. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.El 5 de junio, el pueblo palestino celebra el Día de la Naksa, que conmemora el desplazamiento forzado de aproximadamente 300.000 palestinos y palestinas durante la guerra de junio de 1967, cuando Israel ocupó Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental, y la Franja de Gaza. Cincuenta años después, las operaciones militares llevadas a cabo por Israel en los últimos cuatro meses han dado lugar al mayor desplazamiento de población palestina de Cisjordania desde aquella fecha.El ejército israelí ha desplegado tanques, ha lanzado ataques aéreos, ha destruido edificios, ha destrozado carreteras e infraestructuras y ha impuesto amplias restricciones a la libertad de circulación mediante puestos de control y cortes de carreteras. Según el Ministerio de Salud palestino, entre el 21 de enero y el 4 de junio las fuerzas israelíes han matado al menos a 80 personas palestinas, entre ellas 14 menores, en el norte de Cisjordania, incluido Nablús.Israel debe detener de inmediato las prácticas ilegales que provocan el desplazamiento forzado de población palestina, incluidos los ataques contra zonas residenciales, la destrucción de propiedades e infraestructuras, el acceso generalizado y las restricciones a la circulación impuestas a palestinos y palestinas.Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional“La mortífera operación militar de Israel en la Cisjordania ocupada, que tiene lugar bajo la espantosa sombra del genocidio que está llevando a cabo en la Franja de Gaza ocupada, ha tenido consecuencias catastróficas para decenas de miles de personas palestinas desplazadas que se enfrentan a una crisis que se intensifica rápidamente y no atisban perspectivas de regresar. El traslado ilegal de personas protegidas constituye una grave infracción del Convenio IV de Ginebra y un crimen de guerra”, ha manifestado Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional.“Israel debe detener de inmediato las prácticas ilegales que provocan el desplazamiento forzado de población palestina, incluidos los ataques contra zonas residenciales, la destrucción de propiedades e infraestructuras, el acceso generalizado y las restricciones a la circulación impuestas a palestinos y palestinas. Algunas de estas medidas constituyen castigo colectivo, también prohibido por el Convenio IV de Ginebra.”“Estas acciones forman parte de un patrón más amplio de políticas y prácticas ilegales por parte de Israel para desposeer, dominar y oprimir a la población palestina de Cisjordania bajo el cruel sistema israelí de apartheid.”Miembros de los comités populares de los campos de refugiados de Yenín, Nur Shams y Tulkarem dijeron a Amnistía Internacional que se calculaba que 40.000 residentes habían tenido que desplazarse, la mitad de ellos del campo de refugiados de Yenín.Las grabaciones de vídeo verificadas por Amnistía Internacional dan testimonio de la magnitud de las demoliciones de edificios y los daños a la propiedad y las infraestructuras civiles en los campos. También se han disparado las detenciones: la Comisión Palestina de Detenidos ha informado de la detención de unas 1.000 personas palestinas en Yenín (700) y Tulkarem (300) desde que comenzó la operación.El ejército israelí ha declarado los campos de refugiados de Yenín, Nur Shams y Tulkarem áreas militares cerradas, y las fuerzas estacionadas en ellos han impedido activamente a los residentes acceder a sus hogares o lo que queda de ellos. Según testigos, las fuerzas israelíes disparan contra los civiles que intentan regresar aunque sólo sea para comprobar si sus propiedades siguen existiendo o recoger sus pertenencias.Un crudo ejemplo tuvo lugar el 21 de mayo, cuando una delegación diplomática compuesta por representantes de más de 20 países, entre ellos Reino Unido, Francia, Canadá, China y Rusia, se encontró bajo el fuego de los soldados israelíes mientras visitaba el campo de refugiados de Yenín.La operación “más destructiva” en deceniosLa operación militar israelí comenzó en el campo de refugiados de Yenín el 21 de enero y se extendió a los campos de Tulkarem el 27 de enero y posteriormente a la localidad de Tammoun y al campo de refugiados de Far’a. Aunque las fuerzas israelíes se retiraron de Far’a el 12 de febrero, siguen estacionadas en Yenín y Tulkarem.En un alarmante giro de los acontecimientos, el 23 de febrero se desplegaron tanques israelíes en Yenín por primera vez desde hacía más de 20 años. Ese mismo día, el ministro de Defensa de Israel dio al ejército instrucciones para que se preparara “para una larga estancia en los campos que habían sido desalojados” e impidiera a los residentes regresar. Los medios de comunicación israelíes, citando fuentes militares, han informado de que se espera que la operación dure meses, y que centenares de soldados permanecerán en el campo para “vigilar”.El 22 de marzo de 2025, la Agencia de las Naciones Unidas para la Población Refugiada Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) ya ha había descrito la operación como “con mucho, la más larga y destructiva llevada a cabo en la Cisjordania ocupada desde la segunda intifada en los primeros años 2000”.Demoliciones de casas y destrucción de infraestructurasEl ejército israelí ha destruido implacablemente centenares de casas en estos campos y en barrios adyacentes durante las operaciones militares o mediante órdenes de demolición. El Centro Palestino de Derechos Humanos ha informado de que, únicamente en el campo de refugiados de Yenín, el ejército israelí destruyó por completo centenares de casas, y dañó muchas más, dejándolas inhabitables. En marzo, Israel anunció sus planes de demoler 66 casas en el campo de Yenín. Más recientemente, el 1 de mayo, el ejército israelí emitió nuevas órdenes de demolición contra 106 casas en los campos de refugiados de Tulkarem: 48 en Nur Shams y 58 en Tulkarem.El Laboratorio de Pruebas del Programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional verificó 25 vídeos publicados en redes sociales por residentes o soldados en los que se muestra la destrucción de propiedades civiles por parte de las fuerzas israelíes en los campos de refugiados de Yenín, Tulkarem y Nur Shams entre el 31 de enero y el 1 de junio de 2025. Las grabaciones muestran numerosas estructuras demolidas con explosivos de colocación manual, carreteras, edificios y automóviles destruidos con excavadoras y las consecuencias de la destrucción, con propiedades civiles totalmente reducidas a escombros. En muchos casos, las fuerzas israelíes parecen haber llevado a cabo operaciones de limpieza, eliminando edificios para ampliar carreteras o crear otras nuevas.Amnistía Internacional también analizó 32 vídeos y fotografías adicionales proporcionados directamente por residentes palestinos, que documentan daños en casas y propiedades personales. Las imágenes muestran interiores destruidos, incluidas ventanas hechas trizas, muebles rotos, puertas dañadas, armarios saqueados, objetos personales esparcidos y sobras de comida arrojadas por las habitaciones.“El grado de destrucción en los campos es tan enorme que pasarán meses antes de que vuelvan a ser habitables”, ha manifestado Nihad Shaweesh, del comité popular de Nur Shams. “Si nos dejan regresar, incluso las personas cuyas casas no han sido totalmente destruidas necesitarán meses para rehabilitarlas, a causa de la enorme destrucción y los daños en las estructuras.”Una madre de seis hijos del campo de refugiados de Yenín, cuyo nombre no se facilita por motivos de seguridad, describió que había recibido en su teléfono fotos que mostraban cómo su casa estaba siendo totalmente destruida. Contó: “Abrí las fotos e inmediatamente reconocí las sábanas de mis hijos. No podía creer que lo que veía en esas fotos fuera mi casa. Demolieron la casa y destrozaron nuestro SUV. De nuestro auto sólo quedó un amasijo de metal. Estaba conmocionada. No podía hablar, sólo podía llorar”.Un residente de Nur Shams, Ibraheem Khalifa, describió cómo su familia fue desplazada forzosamente el 9 de febrero y su edificio de apartamentos posteriormente demolido:“Llegamos […] para presenciar las demoliciones de las casas de nuestros vecinos y acompañarlos [en muestra de solidaridad]. Sin embargo, mientras estábamos allí sentados, nos dimos cuentas de que la excavadora [militar] empezaba a demoler también nuestras casas. Eran apartamentos que habíamos construido con nuestras propias manos. Allí crecimos y construimos recuerdos. En esta casa nos casamos, hicimos fiestas, pasamos penas… todo. La casa fue testigo de todo. Ahora, nuestras casas y todas nuestras pertenencias que estaban dentro han desaparecido”.Como parte de la operación, las fuerzas israelíes también han destruido sistemáticamente infraestructuras esenciales, incluidas carreteras, canalizaciones de agua, sistemas de electricidad y redes de comunicaciones. La Sociedad Palestina de la Media Luna Roja confirmó la destrucción generalizada de carreteras y calles en los campos de refugiados.Militarización de los campos y restricciones a la libertad de circulaciónEl acceso a los campos de refugiados para residentes y la libertad de circulación también han sido severamente limitadas: las fuerzas israelíes han bloqueado entradas y carreteras principales con puertas de metal o puestos de control y han utilizado excavadoras militares para crear barreras de tierra y vallas de alambre de espinos.Una residente de Nur Shams, Fatima Ali, describió cómo, el 9 de febrero, las fuerzas israelíes ocuparon su casa y la convirtieron en un puesto militar. Según contó, asaltaron su casa y obligaron a la familia de su hermano a marcharse mientras que a ella, enferma e incapaz de andar, la confinaron en una habitación:“Desde mi casa puedes mirar en todas direcciones, tengo un balcón y una puerta al oeste y otro al norte, así que [los soldados] vinieron y la ocuparon. Al principio me mantuvieron dentro, encerrada en una habitación. Cuando detenían a alguien, lo traían a mi casa. Horas después me dijeron que me marchara, y tuve que pedir ayuda a los servicios de emergencia para poder salir del campo porque todas las calles estaban destruidas”.La operación militar también ha infringido otros derechos económicos y sociales, incluido el derecho a la educación, pues muchos niños y niñas han perdido semanas de escuela. En Tulkarem, más de 691 negocios han sido destruidos o dañados y permanecen cerrados.“Tulkarem se convirtió en una ciudad fantasma. Los negocios de la ciudad cierran a las seis de la tarde porque no vienen visitantes ni clientes de fuera. Los granjeros de Tulkarem no pueden llegar hasta sus tierras de cultivo y los trabajadores no pueden salir a causa de los puestos de control. La situación económica de la ciudad es catastrófica”, declaró Qais Awad, de la Cámara de Comercio de Tulkarem.Necesidad urgente de acción internacional“La persistente inacción de la comunidad internacional a la hora de hacer que Israel rinda cuentas de las violaciones de derechos humanos cometidas contra la población palestina, en particular de su cruel sistema de apartheid y su ocupación ilegal, ha envalentonado a Israel y alimentado nuevas violaciones graves de los derechos de los palestinos y palestinas”, ha manifestado Erika Guevara Rosas.Los Estados deben pasar de las declaraciones a la acción concreta. Deben dejar inmediatamente de proporcionar armas y ayuda militar a Israel y detener toda actividad comercial que amenace con contribuir a estas graves violaciones del derecho internacional.Erika Guevara Rosas“La opinión consultiva de julio de 2024 de la Corte Internacional de Justicia lo dejó más que claro: la presencia de Israel en el Territorio Palestino Ocupado es ilegal y debe finalizar rápidamente. Los Estados deben pasar de las declaraciones a la acción concreta. Deben dejar inmediatamente de proporcionar armas y ayuda militar a Israel y detener toda actividad comercial que amenace con contribuir a estas graves violaciones del derecho internacional. También deben apoyar a la Corte Penal Internacional y cooperar plenamente con ella en su investigación y enjuiciamiento de crímenes de derecho internacional cometidos en Palestina.”“Si no toman estas medidas, ayudarán a Israel a afianzar su sistema de apartheid contra la población palestina y su ocupación ilegal.”