El 10 de junio la Iglesia católica celebra la memoria de Santa Olivia de Palermo, considerada la santa más destacada del día. Nacida en Palermo, Sicilia, en el siglo V, fue una joven cristiana que, con tan solo 13 años, fue raptada por piratas y llevada como esclava a Túnez.Allí vivió como eremita, llevando una vida de oración, austeridad y caridad. Su fe y testimonio provocaron la conversión de muchos, lo cual desató la ira de las autoridades musulmanas de la región. Fue encarcelada, sometida a torturas, y según la tradición, sobrevivió a ser hervida en aceite. Finalmente, fue decapitada por negarse a renunciar a su fe. Se dice que, en el momento de su muerte, su alma se elevó al cielo en forma de paloma blanca.Santa Olivia es muy venerada en Sicilia y en diversas regiones del norte de África. Es considerada protectora de la ciudad de Palermo, donde varias iglesias y lugares públicos llevan su nombre. Su vida es ejemplo de pureza, valentía y fidelidad inquebrantable a Cristo, incluso ante el sufrimiento extremo.Otros santos y beatosSan Asterio de Petra, obispo del siglo IV en Arabia. Inicialmente defensor del arrianismo, se convirtió en defensor de la fe ortodoxa tras el Concilio de Sardica. Fue desterrado por el emperador Constancio y regresó tras la muerte de este.San Landry de París, obispo del siglo VII, fue un hombre caritativo que fundó el famoso hospital Hôtel-Dieu de París. Durante una gran hambruna, vendió todos sus bienes para alimentar a los pobres, convirtiéndose en símbolo de la caridad pastoral.San Amancio y San Arecio, mártires de los primeros siglos cristianos, cuyas vidas no están ampliamente documentadas, pero que dieron su vida por Cristo en tiempos de persecución.San Bogumilo de Gniezno, obispo polaco del siglo XII. Tras su labor episcopal, renunció a su cargo para vivir en soledad como eremita, dedicado por completo a la oración.San Censurio de Auxerre, obispo en la Galia del siglo V, conocido por su entrega pastoral y fidelidad doctrinal.San Itamar de Rochester, obispo inglés del siglo VII. Fue el primer anglosajón en ocupar una sede episcopal tras la evangelización de Inglaterra.San Maurino, abad venerado por su vida monástica ejemplar, comprometido con la enseñanza y guía espiritual de sus hermanos.San Trípodes, mártir de época antigua, venerado en la tradición cristiana primitiva.Beata Diana de Andaló, religiosa dominica del siglo XIII, cofundadora del convento dominico de Bolonia. Se distinguió por su vida de clausura, penitencia y oración.Beato Eduardo Poppe, sacerdote belga del siglo XX, conocido por su intensa devoción eucarística y su trabajo con jóvenes y obreros.Beato Enrique de Bolzano, laico terciario franciscano del siglo XIV. Vivió con humildad, austeridad y profunda vida espiritual en Tirol.Beato Gualterio Pierson, monje benedictino inglés, mártir por su fidelidad a la fe católica durante las persecuciones de Enrique VIII.Beato Juan Dominici, dominico y obispo florentino del siglo XV. Restauró la vida religiosa en varias regiones de Europa central tras la peste negra y fue enviado por el Papa como legado apostólico a Hungría y Bohemia.Beato Tomás Green, mártir inglés del siglo XVI, ejecutado por su fidelidad a la Iglesia católica durante la Reforma protestante en Inglaterra.San Getulio, mártir romano, junto con sus compañeros Amancio, Caerealis y Primitivo. Oficial del ejército romano, se convirtió al cristianismo y fue martirizado por confesar su fe.Mártires de los Hulks de Rochefort, grupo de sacerdotes y laicos franceses que sufrieron condiciones infrahumanas en los barcos prisión durante la Revolución Francesa. Muchos murieron por enfermedades o torturas sin renegar de su fe.