La madre de Stewart Copeland era arqueóloga y en una de sus visitas a Isfahan, en lo que hoy llamamos Irán, aprovechó para adquirir varias alfombras que durante años embellecieron los suelos de la casa familiar. El dato puede parecer irrelevante, pero al hombre llamado a convertirse en batería de The Police ―entre otro puñado de logros nada desdeñables― le gusta pensar que aquellas moquetas orientales tuvieron mucha culpa de su instinto musical. Se trata de una convicción y no de una mera licencia poética, aclara con su verbo siempre tan cordial como vehemente: “Soy el menor de cuatro hermanos y me pasé gateando sobre aquellas alfombras persas los dos primeros años de mi vida. Y un día, ya bien mayor, reparé en su combinación de formas, en esa mezcla de color, geometría, orden y caos. Así es exactamente mi música. Eso es justo lo que tengo en la cabeza”.Seguir leyendo