Los tiempos pasan y todo se adapta buscando nuevos acomodos. Si hace unos años hubiese sido anatema la presencia en el Primavera Sound de artistas de perfil extremadamente comercial, hoy atraen a ese público que ha de garantizar el relevo generacional del antiguo, dando a éste un argumento para excusar su presencia en el que fue su territorio. Por cierto, siempre hace falta un argumento artístico para declinar la presencia, ya que aceptar que ahora resulta simplemente agotador es duro de encajar. La cuestión es que en la segunda jornada, Sabrina Carpenter, una ex chica Disney rubia, con cara de no haber roto un plato, voz agradable, aspecto de pizpireta y varios números 1 en el bolsillo concitó una masa en la explanada principal del festival, compitiendo incluso con la acumulación de público conseguida la víspera por Charli XCX. Y triunfó. Seguir leyendo