Tras el salto de la reja e inicio de la procesión de la Virgen del Rocío, a las 2.45 horas del pasado lunes, ocurrió un hecho que vino a ser la respuesta de Almonte a sus casi vecinos de Villamanrique de la Condesa por un hecho acaecido cuatro meses atrás.La Virgen no paró en la casa de la hermandad más antigua, un ‘castigo’ que en alguna ocasión ha puesto en práctica la hermandad Matriz con alguna filial cuando ha ocurrido una situación fuera de norma, según la clave rociera de Almonte y que tiene su consecuencia en la romería.No es que la Matriz haga un uso reiterado de esta medida poco edificante y fuera de tono con el contexto de un evento singular, pero religioso. No obstante, las vecindades -Villamanrique está a 28 kilómetros de Almonte- a veces provocan estos ‘enfados’ que tienen su consecuencia en el momento menos adecuado. Este desplante fue la comidilla de la procesión.En los foros rocieros coinciden en explicar que el origen de esta historia fue un hecho acontecido en febrero pasado cuando la hermandad manriqueña llevó a cabo una visita extraordinaria a la Virgen. Entonces, como se constata en un vídeo del canal de Youtube de la hermandad almonteña, la filial no respetó las normas para que su simpecado entrara en el santuario. Hubo forcejeos y tensión, todo con el cura preparado para decir misa y la ermita llena de gente. La cosa no fue a más porque la Matriz dejo vía libre a Villamanrique a entrar como lo estaba haciendo. Cuatro meses después se la han devuelto.[articles:335877]Un villamanriqueño encuentra a la Virgen en terrenos de AlmonteLo que sí es cierto es que al margen de sucesos puntuales como estos, hay que remontarse a la historia misma del Rocío y su origen para entender que, pese al paso de los siglos, entre ambas localidades hay resquemores sobre quién es el protagonista de la génesis rociera. La leyenda dice que la imagen de la Virgen fue encontrada por Gregorio Medina, un cazador de Villamanrique, en el hueco de un árbol, pero en el territorio de Almonte. Sigue este relato con la fábula de que la imagen fue llevada a Almonte, pero la Virgen quiso permanecer en el lugar de su hallazgo, por lo que se construyó una ermita allí, al pie de la Madre de las marismas, donde aún sigue.Los primerizos en la romería suelen beberse muchas ‘historias’ nada rigurosas, como la que dice que si alguna vez el paso de la Virgen del Rocío tocara el suelo, esta quedará en manos de Villamanrique.Evidentemente esta ‘leyenda urbana’ no responde a ningún hecho empírico o constatado documentalmente, porque lo de tocar el suelo es una realidad en cada procesión. Sin embargo, este episodio es un ejemplo del recio control que ejerce la Matriz almonteña sobre sus hermandades filiales a las que exige el máximo rigor en el cumplimento de las normas, las escritas y las que forman parte de la tradición. Vulnerar unas u otras puede implicar sucesos como el ocurrido este año en la procesión, pese a que el origen de todo fue hace cuatro meses.