Llegó Morante de la Puebla a Las Ventas enfundado en la solemnidad de un traje marino y azabache, y salió de la plaza sumido ya como parte de la historia. Su primera Puerta Grande llegó envuelta en la pasión de miles de aficionados, la mayoría jóvenes, que se lo llevaron en volandas por las calles de Madrid. El toreo de Morante no se mide por los trofeos , oreja más u oreja menos. Ni por el reglamento. ¡Despojos! ¡Legajos! Morante toreó como nunca había toreado en esta plaza. Se presentó a las siete de la tarde con el decíamos ayer… de la extraordinaria faena del pasado día 28 a un toro de Garcigrande. Le quedaban lecciones por dictar. Aquella obra,... Ver Más