“Debían haber venido, y no hacer shows en otros espacios que solo sirven para ganar likes”, dijo el ministro del Interior, Armando Benedetti, este lunes a finales de la tarde. Se refería a las cabezas de nueve partidos políticos independientes o de oposición y, sobre todo, a varios precandidatos presidenciales que habían optado por no aceptar la invitación del Gobierno a una reunión sobre garantías electorales este lunes, menos de 48 horas después del atentado que tiene al senador Miguel Uribe Turbay entre la vida y la muerte. Esa ausencia es tan solo uno de los ejemplos de que el llamado del presidente Gustavo Petro a la concordia, que lanzó la noche del crimen en una esperada alocución, y que retomaron voces de todas las orillas, ha sido derrotado por la crispación de un país que se enfrenta al renacer de la pesadilla de los magnicidios y de una política que ya traía una muy alta tensión.Seguir leyendo