Tras poner fin a una carrera legendaria, Rafael Nadal (39 años) comienza un nuevo capítulo en su vida lejos del circuito profesional. Y lo hace desde un lugar tan exclusivo como desconocido para muchos: su lujosa mansión en Playa Nueva Romana , un enclave privilegiado al sureste de la República Dominicana que, hasta ahora, había permanecido en un discreto segundo plano. El extenista balear ha elegido este rincón del Caribe como refugio ideal para su nueva etapa vital, centrada en el descanso, la familia y sus múltiples proyectos personales y empresariales. Tal y como ha publicado la revista 'Pronto', Nadal adquirió esta propiedad en 2012, en plena cima de su carrera, aunque nunca la había mostrado públicamente. Hoy en día, su valor ronda los 2 millones de dólares. Ubicada dentro del prestigioso complejo residencial Bahía Príncipe, en Playa Nueva Romana, a tan solo 45 minutos de la capital, Santo Domingo, la villa combina privacidad, lujo y comodidad en un entorno que ha conquistado también a empresarios de alto perfil, celebridades internacionales y deportistas retirados. No es para menos: se trata de un desarrollo turístico de más de 600 hectáreas que ofrece servicios de primer nivel como campo de golf , puerto deportivo, spa, club de playa, gimnasio, marina privada, vigilancia 24 horas y, cómo no, su propio club de tenis. La vivienda de Nadal, de estilo contemporáneo y distribuida en dos plantas, cuenta con tres dormitorios , una cocina moderna y totalmente equipada, comedor con ventanales que permiten disfrutar de vistas al entorno tropical, y una espaciosa sala de estar con chimenea, perfecta para recibir a familiares y amigos. El verdadero protagonista de la propiedad, sin embargo, es el exterior: una piscina privada. La elección de este enclave no es casual. Según el citado medio, este entorno representa para el tenista un equilibrio ideal entre tranquilidad, naturaleza y confort, todo ello lejos de los focos mediáticos. De hecho, la mansión había pasado prácticamente desapercibida durante más de una década, en coherencia con la habitual discreción del manacorí respecto a su vida privada. Ahora, tras anunciar su retiro oficial del tenis profesional, Nadal ha manifestado su intención de centrarse en su bienestar y el de su familia. En declaraciones recientes, ha insistido en que desea dedicar más tiempo a su mujer, Mery Perelló, su hijo Rafa y el nuevo miembro de la familia que está en camino, con quienes podría pasar largas temporadas en este paraíso caribeño. Aunque se aleja de las pistas, Nadal no abandona del todo la actividad. Planea seguir impulsando su academia de tenis en Manacor, su fundación enfocada en el desarrollo de jóvenes vulnerables en España e India, y su faceta como empresario, con inversiones en el sector de la hostelería, como la cadena Tatel, y en el ámbito inmobiliario. Con una fortuna estimada en más de 310 millones de euros , el campeón de 22 Grand Slams afronta esta nueva etapa con estabilidad y una visión clara: disfrutar de la vida desde la calma, sin dejar de lado el espíritu emprendedor que lo ha acompañado durante más de dos décadas en la élite del deporte.