Varios testigos del accidente de tráfico en el que fallecieron los futbolistas portugueses Diogo Jota, jugador del Liverpool, y su hermano André Silva, del FC Penafiel, han puesto en duda las conclusiones preliminares de la Guardia Civil. El informe oficial apunta a un posible exceso de velocidad como causa del siniestro, ocurrido en la A-52, a la altura de Cernadilla, en la provincia de Zamora.Uno de los testigos, el camionero portugués José Azevedo, grabó el vehículo siniestrado, un Lamborghini Huracán verde, aún envuelto en llamas tras salirse de la vía y arder en la mediana. Según su testimonio, los hermanos no circulaban a una velocidad excesiva y él mismo intentó prestar ayuda tras detenerse en el lugar, aunque no pudo hacer nada por salvarles la vida.[articles:337756]Otro conductor, también identificado como camionero portugués, José Aleixo Duarte, coincidió en señalar que el coche de los futbolistas mantenía una velocidad moderada poco antes del accidente. Duarte aseguró que el Lamborghini le adelantó minutos antes y que no detectó ninguna conducta temeraria al volante. También destacó el mal estado de la vía en ese tramo, una circunstancia que, a su juicio, podría haber influido en el desenlace.Ambos testigos han querido desligar el accidente de un exceso de velocidad, ofreciendo versiones contrarias a la hipótesis de los investigadores. Azevedo, quien aseguró recorrer diariamente la A-52, insistió en que el coche circulaba con normalidad pese a la oscuridad de la carretera. Subrayó que pudo distinguir claramente el modelo y el color del vehículo antes del accidente, algo que, según él, no habría sido posible si hubiera circulado a gran velocidad.La investigación sigue abiertaLos hermanos Jota y Silva se dirigían a Santander cuando el vehículo en el que viajaban se salió de la vía y terminó incendiado. Las circunstancias exactas del siniestro siguen bajo investigación, aunque la presencia de testimonios como los de Azevedo y Duarte ha añadido nuevos elementos a la reconstrucción del caso.Por el momento, la Guardia Civil mantiene abierta la investigación y no se ha pronunciado oficialmente sobre los testimonios que contradicen su informe inicial. Tampoco se han revelado los resultados definitivos de las pericias técnicas que podrían confirmar o descartar el exceso de velocidad como causa principal del accidente.