No hay mejor manera de definir la política actual española que la burda definición que soltó en mitad del fervor mitinero el ministro tuitero, Óscar Puente, cuando se refirió al presidente del Gobierno como el «puto amo». Deliciosa y elaborada metáfora, sí señor... Pues en estos últimos días, Pedro Sánchez ha ejercido como tal, sin ambages, por si cabía alguna duda. Le ha mostrado al respetable, sin maquillaje alguno, que es el amo y señor de su partido, sobre el que tiene un control absoluto tras años de limpieza sistemática de voces críticas. Sánchez, que sólo alcanza a pedir perdón sin asumir responsabilidades, se ha ido rodeando sólo de palmeros que le calientan el oído, despreciando a quien pudiera llevarle... Ver Más