El encargado de negocios de Estados Unidos en Colombia, John McNamara, regresó este miércoles al país tras una semana en Washington, donde fue citado a consultas por la Casa Blanca. A su regreso, dejó claro que persisten las preocupaciones de su gobierno frente a recientes declaraciones y acciones del presidente Colombiano Gustavo Petro.(Vea: Colombia enfrenta aislamiento en la negociación de aranceles con Estados Unidos)“Luego de diálogos intensos en Washington, he llegado a Medellín con inquietudes vigentes de mi gobierno sobre la retórica y las decisiones de las más altas esferas del gobierno colombiano, que amenazan la histórica y cercana relación entre nuestros países”, afirmó McNamara en un comunicado divulgado por la Embajada estadounidense.El regreso del diplomático se produjo en medio de un ambiente aún tenso, luego de que ambos gobiernos llamaran a consultas a sus embajadores, uno de los episodios más delicados en la relación bilateral reciente.(Lea también: Negociación de aranceles de Colombia con EE. UU. se encuentra sin un plan)La crisis se originó tras unas declaraciones de Petro, quien sugirió que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, estaría detrás de un intento de desestabilización en Colombia.El gobierno estadounidense exigió una retractación inmediata. De no recibirla, estaba dispuesto a profundizar las medidas diplomáticas, incluyendo la suspensión de servicios consulares y eventuales sanciones como la revocación de visas.En un intento por calmar la situación, el lunes se conoció una carta enviada por Petro al presidente Donald Trump, en la que aclaraba que sus palabras no pretendían ser una acusación directa sobre un supuesto golpe de Estado. Sin embargo, Washington consideró insuficiente la aclaración, al tratarse de señalamientos realizados de manera pública.(Vea: Aranceles de EE. UU.: países que ya han adelantado pactos comerciales para evitarlos)Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de Colombia.Imagen generada con Inteligencia Artificial - ChatGPT“A pesar de las diferencias políticas actuales, Colombia sigue siendo un socio estratégico clave para Estados Unidos en América Latina”, agregó McNamara, quien advirtió que su país continuará tomando medidas concretas frente a temas como migración irregular y asuntos pendientes en el comercio bilateral.(Lea más: Aranceles de EE. UU. al mundo entrarán en vigor el 1 de agosto: por qué cambió la fecha)En su declaración, también subrayó que la cooperación en seguridad se mantendrá, con énfasis en frenar el tráfico de drogas, judicializar a los narcotraficantes y reforzar la estabilidad regional, “siempre con la prioridad puesta en los intereses de Estados Unidos”.Comercio exterioriStockEl diplomático lamentó el deterioro de la alianza entre los dos países, construida durante décadas de cooperación. “Es doloroso ver hasta dónde ha llegado nuestra relación, que históricamente ha estado basada en la confianza mutua y el trabajo conjunto”, dijo.(Vea también: Comercio exterior con EE. UU., entre la diplomacia y la crisis)Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de recomponer el vínculo. “Espero reunirme con el gobierno colombiano para discutir estos temas y plantear las acciones específicas que la Administración Trump considera necesarias. Si se toman las medidas apropiadas, podríamos revertir la actual tendencia negativa y evitar que esta situación escale en perjuicio de ambos países, en particular de Colombia”, concluyó McNamara.Embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García-PeñaPresidencia ColombiaEn materia comercial una de las más grandes preocupaciones tiene que ver con los irritantes comerciales que identificó la Oficina del Representante Comercial de EE. UU. (USTR, sigla en inglés), que son en materia de comercio y drogas que hasta hoy no han sido resueltos.(Lea: Pactos comerciales, la ficha a mover para saber qué ocurrirá con aranceles de EE. UU.)En concreto, los irritantees para Estados Unidos, en los que hace mención en Colombia tienen que ver con el Tratado de Libre Comercio, donde destacan que aún hay compromisos pendientes. También, se refieren a las políticas de importación y a las barreras técnicas al comercio (TBT) y sanitarias (SPS). En este último, hacen especial hincapié en los vehículos y autopartes, cosméticos, exportaciones de leche en polvo, y el registro de instalaciones extranjeras.El ámbito agrícola también ha sido fuente de fricción, pues Colombia clasifica el arroz de grano corto y mediano bajo un código arancelario que se aparta de la definición establecida por el Codex Alimentarius, el cual, según los sectores, afecta directamente las exportaciones estadounidenses de este producto.(Vea: Impondrían más aranceles a Japón por no comprar arroz estadounidense)Ahora bien, por parte de Colombia, el embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García-Peña, resaltó que a pesar de las diferencias entre los dos gobiernos, en el marco de las sesiones consultivas con el presidente Petro se decidió abordar las relaciones con el gigante americano en cinco puntos claves: narcotráfico y extradiciones, migración, comercio, energías alternativas y la crisis en Haití.