Los datos y los estudios confrontan con contundencia los discursos que pretenden asociar inmigración y delincuencia, y señalan el efecto positivo en la economía del incremento de la llegada de trabajadores extranjeros en España en los últimos añosEl BCE señala que la inmigración impulsa el crecimiento del PIB europeo desde 2019, sobre todo en España La migración, el intercambio y la acogida de personas de distintos territorios son tres factores que sustentan el progreso de las sociedades a lo largo de la Historia. La reacción conservadora a esta realidad ha sido también una constante siglo tras siglo, incluso en situaciones en las que los desplazamientos se han debido o se deben a la huida de guerras, de la pobreza extrema o de desastres naturales. Un rechazo del que ningún estado moderno puede considerarse inmune, y que el partido ultra Vox está agitando ahora con el “queremos seguir siendo España” para justificar la petición de expulsión de extranjeros que viven y trabajan en nuestro país, a pesar de las evidencias de que el incremento de la llegada de inmigrantes de los últimos años tiene un efecto positivo y diferencial en el crecimiento económico, en las pensiones y en el mercado de trabajo. Este martes, en el Congreso de los Diputados, la portavoz de Vox, Pepa Millán, exigió la “inmediata expulsión de los migrantes ilegales en España”, así como de los migrantes legales “que hayan hecho del delito su forma de vida” o que hayan demostrado lo que consideran sin más detalles “una incapacidad manifiesta de integración”. La amenaza de romper las vidas de quienes luchan cada día por una vida próspera o por un futuro mejor choca además con los argumentos que vienen dando todas las instituciones nacionales e internacionales, públicas y privadas, cuando analizan la evolución de nuestro país desde el shock de la pandemia. “Uno de los efectos positivos que han tenido los flujos migratorios [en España] es que aportan trabajadores con tasas de actividad muy altas, claramente por encima de otros países de nuestro entorno”, destacó hace apenas unos días José Luis Escrivá, gobernador del Banco de España, en una conferencia titulada 'El papel de la política migratoria e industrial ante los retos de la economía española'. Esa tasa de actividad —es decir, los trabajadores extranjeros que tienen un empleo o que lo están buscando— alcanzó el 78% en 2024 en nuestro país, frente al 74,4% de Alemania, al 70,7% de Francia o al 71,1% de Italia, según los datos de Eurostat recogidos por José Luis Escrivá. En Estados como el nuestro, “que tienen una natalidad tan baja, en ausencia de este fenómeno migratorio tendríamos un problema muy agudo de envejecimiento de la población”, incidió el gobernador del regulador financiero. Las cifras y los estudios confrontan con contundencia con los bulos que pretenden asociar inmigración y delincuencia. Por ejemplo, el centro de análisis Funcas (la fundación de las cajas de ahorro) escogió a finales de 2024 que “la inmigración aportó el 84% del crecimiento de la población española” desde 2022 como “el dato del año”. Nuestro país roza los 50 millones de habitantes, con un aumento de 1,5 millones en los dos últimos años, de los que apenas 300.000 son nacionales, y 1,2 millones extranjeros, entre los que una mayoría se han incorporado al mercado laboral contribuyendo “a ampliar la oferta [de trabajadores], aliviar la escasez de mano de obra e impulsar el crecimiento económico”, según recoge otro informe del Banco Central Europeo (BCE), dado a conocer en mayo. Este estudio de la institución monetaria descompone el avance del PIB (Producto Interior Bruto, la forma de medir la actividad) de una manera novedosa [como se puede observar en el gráfico] que le permite afirmar que “la contribución de los inmigrantes al crecimiento del PIB es especialmente importante en España”. La nuestra es la gran economía de la zona del euro que más ha avanzado desde 2019 —un 7,5% en total, tras superar el shock de la pandemia y pese a los golpes del volcán de la Palma, la invasión rusa de Ucrania o la DANA— y donde el mercado laboral está estableciendo un récord tras otro de personas afiliadas a la Seguridad Social. ¿Y cómo ha sido el crecimiento en los principales países de la eurozona?Contribuciones al PIB en puntos porcentuales desde 2019 a 2024 Fuente: Banco Central Europeo A finales del mes pasado, en otra conferencia, el vicepresidente del mismo BCE, Luis de Guindos, admitió que “el modelo de avance del PIB de España tiene unos límites”. Pero el principal “cuello de botella” no es “la importante creación de hogares, sobre todo de inmigrantes”, sino que tengan “problemas para acceder a una vivienda”, según el ex ministro de Economía en los gobiernos del PP de Mariano Rajoy. Este aumento de la llegada de personas de otros territorios “ha sostenido el crecimiento de la economía y la creación de empleo, en especial en los sectores más afectados por la escasez de mano de obra [construcción y hostelería]”, coincide el equipo de expertos de Funcas. “España está actualmente inmersa en una expansión económica y demográfica de características parecidas a la que había experimentado a principios del siglo. Ahora, igual que entonces, el crecimiento económico está siendo empujado por una mayor demanda de mano de obra, antes que una mayor productividad [medida como la relación entre PIB y empleo]. Igual ahora que entonces, esta expansión del mercado laboral sería inviable sin la incorporación de un elevado volumen de mano de obra inmigrante”, concluye otro estudio de marzo de este 2025 del centro de análisis Fedea. El gobernador del Banco de España remarcó una diferencia entre el actual ciclo de crecimiento económico y de creación de puestos de trabajo y el previo al estallido de la burbuja inmobiliaria. Con datos de 2022, de nuevo de Eurostat, un 70% de los extranjeros “recién llegados [a nuestro país] en edad de trabajar” tenía un nivel educativo “medio y alto”, frente al 55% de 2008. Además, en promedio para Alemania, Francia e Italia esta misma ratio se queda actualmente en el 61%. Adiós a gran parte del personal de hostelería, construcción y agricultura La España de Vox, sin 7 u 8 millones de personas migrantes que hoy viven en nuestras ciudades y pueblos, sería un duro golpe para algunos sectores económicos que se sustentan en una gran proporción de trabajadores de origen extranjero. Con datos de afiliación a la Seguridad Social del cierre del año pasado, el sector que más personas extranjeras emplea es la hostelería, con casi medio millón de trabajadores, que suponen el 27% de su fuerza laboral. Es decir, una de cada cuatro personas trabajadoras. !function(){"use strict";window.addEventListener("message",(function(a){if(void 0!==a.data["datawrapper-height"]){var e=document.querySelectorAll("iframe");for(var t in a.data["datawrapper-height"])for(var r=0;r