Los nacidos en el extranjero que más votan prefieren al PP y se autoubican cerca de la extrema derecha

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Los españoles originarios de otros países que más votaron en las últimas elecciones generales lo hicieron mayoritariamente por formaciones de la derecha, tradicionalmente contrarias a la inmigración, y, paradójicamente, eligieron menos a las de izquierdas, que son las que más promueven la regulación de extranjeros.Casi la mitad de los votantes nacidos fuera de España que se decantaron por votar al Partido Popular (PP) en las elecciones generales de 2023 procede de tres países: Colombia, Venezuela y Marruecos, tres de los cuatro grupos de votantes originarios de otros países que más participaron (el cuarto es Ecuador). Los venezolanos aportan la mayor parte a ese voto popular (21,3%), por delante de los colombianos (10,9%) y de los marroquíes (11,4%).Se trata de tres nacionalidades que, según datos recopilados en mayo por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en el marco de un estudio en el que entrevistaron a 15.000 personas, aseguran estar entre las que más profesan una religión, aunque no la practiquen, lo que presupone un perfil más conservador que los de nacionalidades que se declaran no creyentes en cualquiera de sus fórmulas (ateos, agnósticos o indiferentes).Los datos del mismo estudio sugieren el motivo de esta predilección por las fuerzas de la derecha: colombianos y venezolanos aportan el mayor número de españoles nacidos en el extranjero que se autoubican ideológicamente entre el 7 y el 10 (en una escala en la que el 1 representa la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha). En ambos casos se trata de países con presidentes de izquierdas, pero sucede exactamente lo mismo con los marroquíes, cuyo país de origen es un régimen autoritario de derechas.No es posible saber con detalle cuántos ciudadanos nacidos fuera de España tienen derecho a voto en España y cuáles son sus países de origen. Sin embargo, un vistazo a los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al primer trimestre de este año es suficiente para confirmar que Colombia, Marruecos y Venezuela son, precisamente, los países que más inmigrantes están aportando. El CIS apunta a que, entre los tres, suponen el 29,3% del total del voto de electores no nacidos en España emitido en las elecciones de 2023.En el caso de Vox, la mayor aportación de votos de ciudadanos españoles con origen en el extranjero procede de franceses (17,5%), seguida muy de cerca por los venezolanos (17,1%). En Francia son precisamente los aliados de Santiago Abascal, Reagrupamiento Nacional (RN), quienes encabezan las encuestas.En el caso del PSOE, el apoyo más numeroso procede de los nacidos en Ecuador (14,7%), seguido por los originarios de Colombia (10%), Alemania (8,1%) y Marruecos (7,9%). Los naturales de Ecuador son los que más peso tienen entre los votantes no nacidos en España que se identifican a sí mismos como de izquierdas (entre el 1 y el 3 en la escala de auto-ubicación ideológica).Los argentinos, en cambio, son los que más eligieron la papeleta de Sumar en las elecciones celebradas hace dos años, con un 16,1 %. Les siguen los franceses (11,9%), los colombianos (7,6%) y los uruguayos (7,6%).Si se atiende a los datos de ocupación laboral, se observa que los argentinos y venezolanos que pueden votar son más numerosos en los grupos que requieren mayor cualificación, como directores, gerentes, profesionales, científicos e intelectuales. En cambio, si se analiza el rango de actividades menos exigentes desde el punto de vista formativo, destacan otros orígenes. Los nacidos en Marruecos y Colombia dominan el trabajo doméstico no remunerado (25,1% y 24,3%, respectivamente). Los venezolanos copan las ocupaciones militares y los cuerpos policiales, al menos entre quienes respondieron a las preguntas del CIS, y los ecuatorianos son mayoría (29,8%) entre quienes desempeñan ocupaciones elementales.La paradoja es que la tendencia de voto de quienes más participan en las elecciones habiendo nacido en el extranjero apoya mayoritariamente a partidos que rechazan o combaten la emigración, como es el caso de Vox. Pero también del Partido Popular. Y están entre los que menos respaldo dieron en 2023 a las fuerzas de izquierdas más comprometidas con las solicitudes de regularización, como el PSOE y, sobre todo, Sumar (el estudio no refleja el apoyo a Podemos porque en 2023 se presentó bajo el paraguas de la formación de Yolanda Díaz).De hecho, el Gobierno prevé regularizar a unos 100.000 inmigrantes durante este año y pasar de los 250.000 que había a 31 de diciembre del año pasado regularizados a través de la figura del arraigo, a 350.000 a finales de 2025.Después de varios meses de titubeos, el Ejecutivo decidió en mayo impulsar una negociación con el resto de grupos políticos para tramitar finalmente la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que busca la regularización extraordinaria de gran parte de las personas migrantes que se encuentran en España sin papeles. Una reivindicación que llegó al Congreso respaldada por más de 600.000 firmas y lleva más de un año estancada en la Cámara Baja. Su toma en consideración fue apoyada por todos los partidos, con la única excepción de Vox.Ahora la clave será decidir, a través de la negociación entre partidos, en qué términos sale adelante, ya que fuerzas como ERC, EH Bildu, BNG y Podemos han sido siempre partidarias de una regularización de máximos, que incluya a prácticamente todas las personas en situación irregular que viven en el país, y otros como PP, Junts o PNV han apostado por incorporar diferentes condicionantes.La formación de Alberto Núñez Feijóo nunca ha dado detalles de hasta dónde están dispuestos a llegar, pero su líder, en una entrevista radiofónica difundida en abril del año pasado, prometió abiertamente “una solución” para los extranjeros en situación irregular que viven y trabajan en nuestro país. “Hay un debate que debemos dar y debemos de zanjar con los migrantes que viven y trabajan en España, pero que no obtienen o no han obtenido de momento papeles. Esos pueden estar tranquilos, que este partido es sensible con ellos y buscaremos soluciones para una inclusión social correcta y legal en nuestro país”, señaló.Recientemente, sin embargo, Feijóo pareció endurecer su postura. “Quien venga a aportar será un ciudadano más. Quien no cumpla con nuestros valores, tendrá que irse por donde ha venido.” Esa referencia a “nuestros valores” sugiere que el PP apuesta por la asimilación forzosa para optar a la regularización, en línea con lo que defiende Vox: dar prioridad a los migrantes que comparten idioma y religión y rechazar a los que no.