Un joven cordobés, herido en el primer encierro de los Sanfermines: sin móvil, sin cartera y sin poder volver a casa

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Miguel Padilla, un joven de 21 años natural de Lucena (Córdoba), ha sido uno de los seis heridos del primer encierro de los Sanfermines 2025. Su aventura pamplonesa se ha truncado bruscamente tras sufrir una fractura en la tibia izquierda, provocada por el pisotón de un toro de la ganadería de Fuente Ymbro.Padilla fue atendido en el Hospital Universitario de Navarra, desde donde relató a los medios cómo acabó en Urgencias en lo que era su primera experiencia en las fiestas de San Fermín. “Me he venido solo con un coche que compré hace 15 días, además es la primera vez que vengo y he corrido el encierro”, contó.Un viaje improvisado con final inesperadoEl joven cordobés explicó que su viaje fue fruto de una decisión espontánea: “Llegué ayer —por el pasado domingo— al chupinazo y hoy tenía ganas de correr los toros, que era el principal objetivo por el que venía”. Pero su entusiasmo acabó en una caída dolorosa y un parte médico complicado.“Iba corriendo y veía los toros cada vez más cerca de mí, aunque seguía avanzando. Se me acumulaba gente delante y no podía continuar. En un momento dado, cuando me giré, tenía el toro ya casi pisándome los talones”, relató. Fue entonces cuando, sin margen de maniobra, uno de los astados lo pisó con la pezuña delantera derecha.Padilla cayó al suelo con la pierna fracturada y tuvo que ser evacuado al hospital. “Me ha tirado al suelo, tengo la tibia rota y ahora tengo que esperar a ir a Córdoba para operarme”, indicó.Sin móvil, sin cartera y sin poder volver a casaPero las complicaciones no terminaron en lo físico. El joven explicó que, tras el accidente, se encontraba incomunicado: “No sé cómo voy a volver a casa porque no llevo ni el móvil ni la cartera. Encima no he podido avisar a nadie y estoy esperando un taxi para ir a mi coche”.Allí, espera poder recuperar sus pertenencias y contactar con algún familiar. “Seguramente avise a alguien de mi familia para que venga por el coche y que me lleve a mí, porque evidentemente no puedo conducir”, concluyó resignado.La historia de Padilla refleja la cara menos festiva de unos encierros donde la pasión por la tradición puede convertirse en segundos en un episodio crítico. A pesar del susto, el joven andaluz mantiene el ánimo y ya piensa en recuperarse desde su tierra.