Una doctora señala en qué debes fijarte al comprar proteínas en polvo: «Los cuatro aminoácidos sueltos que no deberían tener...»

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La proteína en polvo es una forma sencilla de obtener más proteínas a diario. Puedes mezclarla en un batido con leche o con agua, espolvorearla en los copos de avena o añadirla a productos horneados como el pan o las magdalenas. La proteína en polvo se presenta en muchas formas diferentes, desde la proteína de suero hasta las variedades vegetales, y desde las sin sabor hasta las muy aromatizadas. Es una forma práctica de obtener suficiente proteína para alcanzar tus objetivos, especialmente si necesitas más de la cantidad diaria recomendada. La doctora, Isabel Viña, nos explica que la proteína en polvo es una fuente más de proteínas. L o que sucede es que está «más concentrada», es decir, «solo» tiene proteína (cantidades muy bajas de grasas e hidratos de carbono), lo que puede ser muy útil cuando no ingerimos la suficiente proteína por cuestiones diversas. «Cada persona es un mundo y puede ser que por la mañana no le guste desayunar nada, pero quiera tomar algo de proteína en el café, o que una persona tenga problemas para masticar, o que cuide de alguien mayor y quiera optimizar su consumo de proteínas», indica. Además, indica que conforme nos hacemos mayores , no solo necesitamos algo más de proteína por comida por la resistencia anabólica que hay, sino porque se tiende a realizar comidas con baja cantidad de proteínas por las condiciones de las personas de edad avanzada, como puede ser problemas para la deglución, que hacen que tiendan a tomar sopitas, purés y alimentos blandos, que generalmente son bajos en proteínas. A eso se suma, l a mala absorción asociada a la edad , que también hace que, junto con la resistencia anabólica, no aprovechen tanto las proteínas de la alimentación. Primero de todo, no es necesario consumir mezcla de proteínas para estar saludable. « No recomiendo que tu única fuente de proteína dietética venga de mezclas de proteínas en polvo. Porque nos olvidaríamos de la variedad de micronutrientes que ofrecen las comidas con proteínas», aclara. Recordado esto, ¿qué debería estar en la lista de ingredientes de una buena mezcla de proteínas? Como saben, la lista de ingredientes de cualquier alimento está ordenada de mayor a menor cantidad y la proteína que buscamos debería llevar todo lo que está al principio de la lista en mayor cantidad. En otras palabras, si has optado por una proteína de origen vegetal, por ejemplo proteína aislada de soja, altramuz, de guisante, de semillas de calabaza, de girasol. Si es de origen animal, bien sea aislada o concentrada, tenemos proteína de suero, de leche, caseína micelar, proteína de clara de huevo» , señala. Y también la doctora enumera los cuatro aminoácidos sueltos que no deberían estar porque alteran la composición o calidad de proteínas , son la glicina, la glutamina, la taurina y la arginina. «Luego tampoco debería contener una proteína en polvo maltodextrina que es un tipo de carbohidrato que se absorbe aún más rápido que el azúcar de la mesa», apunta. En cuanto a otros compuestos que sí que pueden estar presentes son las enzimas digestivas, la lactasa o enzimas como la bromelaína y la papaína, que ayudan a digerir mejor la proteína , deshace más fácilmente el aminoácido y sea absorbido. En cuanto a edulcorantes, que es opcional, «podemos quedarnos como la stevia, el extracto del fruto de monje o el eritritol», concluye.