El jugador de baloncesto Ricky Rubio ha ofrecido una entrevista como nunca antes lo había hecho. El catalán se ha sentado con Jordi Évole para hablar sin tapujos sobre su vida y, sobre todo, sobre la salud mental, un tema que en la última etapa de su carrera deportiva lo ha tenido apartado de las pistas profesionales. Sobre todo a raíz del fallecimiento de su madreHay dos tipos de jugadores: los que creen que son los mejores como Gasol y los que son como #LoDeRickyRubio pic.twitter.com/TlOFAe1q6G— Lo de Évole (@LoDeEvole) July 6, 2025Rubio debutó con apenas 15 años en la ACB. A partir de ahí, su carrera fue meteórica con campeonatos con la selección, incluidos los Juegos Olímpicos, o su fichaje en la NBA. Precisamente, sobre esto, confiesa que a pesar de haber estado 12 años, nunca encajó con la cultura americana. Esto hizo que no se llevara amigos de su estancia, tan solo compañeros. "¿Qué me llevo de Estados Unidos? Lo que no haría", afirma."He tenido una base y me he criado con unos valores que me han podido servir, pero que juegan también en mi contra. Por ejemplo el no creértelo nunca. Es muy bueno para los demás, pero para ti mismo es una lucha constante. El has llegado pero no te lo creas porque vas a dejar de aprender", apunta en la entrevista sobre la presión que llegó a soportar.Autosabotaje y depresión"Yo, cuando salgo a la pista, siempre pienso que voy a perder y así siempre me exijo para poder ganar. Con estos mecanismos es muy difícil y, al final, es un autosabotaje que nunca me ha dejado triunfar. Si ahora repaso mi carrera, no estoy satisfecho porque nunca ha sido suficiente", añade. Precisamente, una conversación con Pau Gasol le abrió los ojos, el pivot le apuntó que él salía a la pista pensando que era el mejor.El abandono del Mundial y la depresión: “Todo pesa tanto que parece que te vas a morir”. #LoDeRickyRubio pic.twitter.com/ojpEKZaafj— Lo de Évole (@LoDeEvole) July 6, 2025El Mundial de 2023 fue un momento clave en su vida. Pocos días antes, su mente dijo 'hasta aquí'. Llamó a su mujer para pedirle ayuda como podía. "Le dije 'me tienes que ayudar a hacer las maletas'. Se ríe y dice 'va, vamos a darle una vuelta'. Y le digo 'yo no las puedo hacer, no me puedo ir, pero me tienes que ayudar'".