La patronal agraria avisa de que la campaña de aceite será peor de los esperado

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La próxima campaña de aceite de oliva en Andalucía se perfila con una previsión a la baja, condicionada por factores como la vecería del cultivo, las elevadas temperaturas registradas desde mayo y la incidencia de plagas como el prays y el algodoncillo. Aunque aún quedan meses clave, especialmente el otoño, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) Andalucía señala que, en la mayoría de las provincias, las expectativas apuntan a una cosecha menor o, en el mejor de los casos, similar a la del año anterior.[articles:335713]La organización ha evaluado sobre el terreno el estado actual del olivar andaluz, en contacto directo con productores de distintas comarcas. En Jaén, principal provincia productora, se ha detectado una merma significativa. En la Sierra Sur, municipios como Alcalá la Real y Alcaudete prevén hasta un 30% menos de producción, mientras que en Mancha Real la estimación se reduce al 60% de lo recolectado el año pasado. En otras zonas como La Loma, Torreperogil y Villacarrillo, las pérdidas oscilan entre el 30% y el 40%. Andújar también acusa el impacto del calor y una mala floración, especialmente en los olivares de secano, mientras que en los de regadío, enfermedades como el repilo han debilitado el arbolado.En Córdoba, el sector olivarero también atribuye las menores expectativas a la vecería, el calor extremo y la presión de plagas. En zonas como Baena y Cañete de las Torres, los productores observan una reducción de la carga en los árboles, y señalan la importancia de las lluvias otoñales para definir el resultado final. En el Alto Guadalquivir, se reporta una notable pérdida de floración debido a las altas temperaturas primaverales, a lo que se suma un ataque significativo de prays y algodoncillo, con pérdidas que alcanzan entre el 30% y el 40% en el cuajado del fruto.[articles:334732]En la provincia de Sevilla, la situación es desigual según la zona. Mientras en Arahal la cosecha se perfila como normal, en comarcas como el Aljarafe se anticipa una producción más reducida. En algunos casos, el menor número de frutos por árbol ha favorecido un mayor tamaño del fruto, lo que podría aumentar la proporción destinada a aceituna de mesa. En explotaciones como las de Lebrija, con olivar súper intensivo, la floración tardía y la propagación del repilo han obligado a incrementar los tratamientos, lo que se ha traducido en un notable aumento de los costes de producción.Perspectiva optimista en CádizEn Cádiz, las perspectivas son más optimistas, especialmente en la sierra, donde se espera una campaña un 40% superior a la anterior. La falta de ataques de mosca y un estado general favorable del olivar sostienen esta previsión, aunque los productores se mantienen cautelosos ante posibles fenómenos climáticos adversos. En zonas como Villamartín y Bornos, donde predominan los olivares jóvenes y de cultivo intensivo, se estima una cosecha dentro de los parámetros normales.El panorama en Málaga refleja grandes contrastes. En áreas serranas como Ronda o Sierra Yeguas, el prays ha tenido un impacto muy severo, con pérdidas que alcanzan hasta el 90% en algunos puntos. En cambio, en la Vega de Antequera, la situación es más positiva y se espera un ligero incremento en comparación con la campaña anterior. En cooperativas como la de Alameda, las previsiones indican un volumen de producción superior al registrado el año pasado.[articles:334300]Almería muestra indicios de una ligera recuperación respecto a la campaña anterior, que fue especialmente escasa. En la comarca de Los Vélez, los árboles presentan una buena floración y un estado vegetativo saludable, aunque las estimaciones aún se sitúan lejos de los niveles récord registrados hace dos años. La previsión apunta a una cosecha intermedia, según los productores locales.A pesar del deterioro observado en varias zonas, COAG Andalucía subraya que todavía es pronto para cerrar una previsión definitiva. La evolución de las condiciones meteorológicas durante el otoño será determinante para consolidar el proceso de maduración del fruto y definir con mayor certeza los volúmenes de producción.