Ocho años después, Luis Enrique vuelve a cruzarse en el camino del Real Madrid. Desde el 2-3 del clásico de abril de 2017 en el Bernabéu , el técnico asturiano no se había enfrentado a los blancos. Morbo asegurado, aunque Lucho no tiene muchas ganas de guerra: «Para mí, es un placer jugar contra el Madrid. Siempre lo ha sido y lo será. El es el club más laureado del mundo. Además, todos sabéis que soy culé. Será especial», dijo el asturiano en su comparecencia ante los medios. 27 preguntas, seleccionadas meticulosamente por el jefe de prensa, y varias de ellas sobre Mbappé . Ninguna quiso contestar el asturiano: «¿El PSG es mejor sin Mbappe? Eso pertenece al pasado y el pasado mueve ya pocas cosas. Nos centramos en el presente. Yo no hablo del pasado», dijo tantas veces como le preguntaron por Kylian. La ironía y la picardía van siempre implícitas con Luis Enrique. Se alegró de seguir dónde está y que delante hubiera periodistas jóvenes y con ilusión, y evitó mojarse sobre este Madrid de Xabi y centrarse en su equipo: «Yo no soy nadie para dar consejos a ningún entrenador, y menos del Madrid. Xabi Alonso reúne todo lo que necesita un entrenador del Madrid, pero estoy aquí para hablar del PSG», dijo Lucho, feliz de lo que han hecho y siguen haciendo esta temporada: «El secreto de mi equipo es la capacidad de los jugadores. Poner a los jugadores en función del equipo. Y esa unión ha dado rendimiento. Hemos hecho historia: los jugadores, el staff, la dirección deportiva, la presidencia, los aficionados… Y una vez hecho historia, podemos ganar un Mundial. Pero para eso, primero hay que llegar a la final». Luis Enrique, que dijo que evita exponerse en redes sociales porque no necesita el respaldo positivo o negativo de gente que no le conoce, no cree que mañana su equipo sea favorito: «Son dos situaciones diferentes. A lonso lleva un mes y yo dos temporadas, pero lo bonito del fútbol es que no sabe de favoritos ni de no favoritos. El fútbol no sabe de proyectos álgidos o emergentes. Este deporte es imposible de predecir». Él sí ha querido predecir todo lo que pasa en su equipo desde que se marchó Mbappé . Al menos, así lo confesó en su documental ‘No tenéis ni p… idea’. Pero el asturiano matiza ahora esa idea: «¿Sabes que es lo más bonito de un entrenador al nivel que estamos yo y mis compañeros? Lo que piensas hoy vale para hoy, para mañana, pero quizás al tercer día ya no vale. La grandeza del PSG es que quizás controle menos. Cuanto menos controlo, más posibilidades tiene el rival de que no sepamos lo que hacer. Dejar de controlar las cosas para que se vuelvan imprevisibles»