El calor extremo pone en jaque la producción de leche: qué está pasando y por qué debería importarte

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El cambio climático está afectando de manera silenciosa pero contundente a uno de los alimentos más presentes en nuestras mesas: la leche. Un reciente estudio publicado en Science Advances advierte que las olas de calor están reduciendo significativamente la producción láctea, incluso en granjas altamente tecnologizadas como las de Israel. Este artículo explora qué ocurre con las vacas cuando las temperaturas se disparan, cuáles son las consecuencias a nivel global y qué soluciones se están considerando.Las vacas también sufren el calorAunque muchas veces pensemos en los animales de granja como resistentes al clima, las vacas lecheras son particularmente vulnerables al calor y la humedad. Cuando la llamada «temperatura de bulbo húctedo» supera los 26°C, el rendimiento lácteo cae drásticamente. Esta medida no sólo tiene en cuenta la temperatura ambiental, sino también la humedad, reflejando lo sofocante que puede resultar el ambiente. Para la vaca, es como estar en un baño de vapor continuo.El estudio, que analizó más de 130.000 vacas durante 12 años en Israel, muestra que un solo día de calor extremo puede reducir la producción de leche hasta en un 10%, y que el animal puede necesitar más de una semana para recuperarse completamente. Imagina que trabajas una jornada bajo un sol aplastante sin aire acondicionado ni sombra: al día siguiente, seguirías sintiendo el agotamiento. Lo mismo les ocurre a estos animales.La tecnología ayuda, pero no es suficienteIsrael es conocido por tener uno de los sistemas lácteos más eficientes del mundo, con un alto rendimiento por vaca gracias a tecnologías avanzadas: ventiladores, aspersores de agua, sensores de temperatura, entre otros. Sin embargo, ni siquiera estas medidas logran evitar por completo las pérdidas por calor.A temperaturas de bulbo húctedo de 20°C, los sistemas de enfriamiento logran reducir las pérdidas a la mitad. Pero si sube a 24°C, esa eficacia cae al 40%. Y cuando las temperaturas superan el umbral crítico, ni la mejor tecnología consigue evitar la caída de producción.Lo positivo es que la inversión en equipos de enfriamiento se amortiza rápidamente: en promedio, los granjeros israelíes recuperan el gasto en apenas 18 meses. Pero esto no siempre es viable en otras partes del mundo.Impacto global: los países más afectadosA partir de los datos israelíes, los investigadores proyectaron las consecuencias para los diez países más productores de leche del planeta. El panorama es preocupante: sin sistemas de enfriamiento, se podría perder un 4% de producción diaria hacia mediados de siglo.En regiones como India, Pakistán y Brasil, las pérdidas podrían llegar al 4% por vaca cada día. Incluso con sistemas de enfriamiento, esas caídas seguirán siendo del 1,5% al 2,7%. Para los productores de bajos ingresos, muchas veces ubicados en zonas más calientes, estos sistemas resultan simplemente inaccesibles.Más allá de la leche: salud y bienestar animalEl calor no afecta solo a la producción. La salud y el bienestar de los animales también se ven comprometidos. El estrés térmico altera el comportamiento de las vacas, su alimentación, su fertilidad y hasta su capacidad de sobrevivir. El costo no es sólo económico, sino también ético.Los expertos señalan que las soluciones no pueden centrarse solo en el enfriamiento. También es necesario reducir otras fuentes de estrés, como el confinamiento excesivo o la separación temprana del ternero. Un animal menos estresado es también más resistente al calor.Los agricultores, en primera línea del cambio climáticoEn Europa y otras regiones, los productores agrícolas ya están viviendo los efectos del clima extremo: inundaciones, sequías, olas de calor… Muchos se sienten los primeros afectados por el cambio climático, viendo cómo disminuyen sus cosechas y aumenta la incertidumbre.Cultivos básicos como el trigo, el café, el cacao e incluso el plátano están viendo reducidas sus zonas de cultivo. Y la leche podría ser el siguiente alimento en sufrir escasez.Urge actuar: políticas y apoyo al sectorEl informe destaca que la adaptación no puede depender solo del esfuerzo individual del granjero. Se necesitan políticas que apoyen especialmente a los productores de bajos recursos en zonas cálidas, quienes están en mayor riesgo y tienen menos margen para adaptarse.Estas medidas deben incluir subsidios para sistemas de enfriamiento, formación en bienestar animal, incentivos para la investigación de razas más resistentes al calor y mejoras en las condiciones de crianza. Sin estas acciones, no solo peligran los ingresos de miles de familias rurales, sino también el acceso futuro a productos tan comunes como un vaso de leche.La noticia El calor extremo pone en jaque la producción de leche: qué está pasando y por qué debería importarte fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.