Uno de los aspectos que genera más incertidumbre cuando uno se encuentra en el extranjero es saber qué hacer si uno requiere de atención sanitaria . Posibles enfermedades tropicales, facturas desorbitadas, dificultades por el idioma o instalaciones no punteras son detalles que suelen inquietar y habitualmente la preocupación es mayor cuando uno está en destinos lejanos y/o exóticos. Sin embargo, las sorpresas relacionadas con el cuidado de la salud pueden llegar también de países cercanos y esto es lo que le acaba de pasar a Mimi Olivan , una española que desde hace un poco más de tres años vive en Alemania, concretamente en Berlín . Ella es una popular creadora de contenido, focalizado en aspectos laborales, pero de vez en cuanto también sube vídeos con choques culturales. Así, hace menos de 24 horas ha explicado en su cuenta de TikTok, @mimiworkbestie , precisamente cómo es ir al médico allí, en una publicación que llega ya a las 190.00 visualizaciones. «Qué impotencia que alguien dude y cuestione todos tus síntomas la verdad. Aunque me había pasado de estar con fiebre, ir al médico y decirme que tomara un té y me relajara», asegura ella por escrito. «Mi médico se acaba de reír de mí en mi cara », empieza ella el controvertido vídeo, en el que destaca que no es la primera vez que acude a él y que además habla español, con lo que da a entender que se entienden sin problemas. Mimi desvela que se había hecho un test del SIBO en un laboratorio privado y que le llevaba al doctor los resultados, que habían salido positivos. En la consulta, se encontró con un trato que parece que no le gustó. «Lo primero que me ha dicho es que por qué he tirado el dinero de esta manera, que esto no existe, que jamás ha escuchado hablar de esto», expone. Ella le contó que ya le habían diagnosticado esta enfermedad en su región natal y le contestó que «a mí España me da igual. Esto no existe, no sé por qué tiráis el dinero.. .». El doctor le llegó a romper el papel con los resultados y le empezó a preguntar por sus síntomas, a lo que ella le explicó que era celíaca y vino un segundo momento incómodo. El médico le exigió ver las pruebas que lo acrediten y Mimi le comentó que se las había hecho 14 años antes y en España y que, por ello, no sabía exactamente dónde las tenía y que «la tendría que buscar». «Y me dice: 'Bueno, hasta que no la encuentres no hablamos », rememora. En sus explicaciones la joven deja claro que le llegaron a hacer endoscopia y colonoscopia por ello y que «no es piense que lo soy». El doctor se reafirmó en que «hasta que no vea la prueba no hablamos». «Me he quedado... buah...», explica ella, que llevaba dos semanas esperando la cita y que estaba decepcionada por cómo había ido. «Tengo que decir que esto es algo bastante normal con los médicos de Alemania. No me quiero meter con nadie, pero es bastante normal que cuando te encuentras mal te digan: tómate un té y relájate», desvela. Finalmente ella incide en que cree que a veces con un poco de relax se resuelven los problemas y que detrás del SIBO, que tan de moda está ahora, hay intereses económicos «pero tampoco hay que desmentir directamente o reírse en la cara de alguien». Además, acaba preguntándose que qué hará si le dice que la celiaquía no existe. «¿Me como un plato de pasta y un plato de pizza y a ver qué pasa?», sentencia. Más de 400 personas han comentado ya la publicación y muchas de ellas lo hacen para sacar de nuevo la polémica sobre si el SIBO es una enfermedad inventada.