El futuro aeroespacial vuela alto desde Toledo

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La expectación era máxima. Llevaban todo un año trabajando en su tiempo libre para demostrar que en la Universidad de Castilla-La Mancha de talento van sobrados. La Asociación Diana de Aeromodelismo de la Universidad regional en Toledo ha visto este mes de julio como uno de sus sueños se hacía realidad: su avión Aurora volaba y lograba completar el recorrido del campeonato nacional de aeromodelismo para jóvenes ingenieros de la Universidad Politécnica de Valencia. Mario Castillo es uno de los jóvenes universitarios que forma parte del proyecto. Natural de Zaragoza, cursa el grado de Ingeniería Aeroespacial en el Campus de la Fábrica de Armas de la capital regional. «Había unas condiciones bastante duras de viento y demás pero lo conseguimos», recuerda ahora ya sin nervios, aunque sí con la emoción intacta de aquel vuelo en Valencia el pasado 11 de julio. Su modelo, un avión bautizado como Aurora, completó el vuelo de principio a fin. Despegó, voló y aterrizó , y lo hizo no sólo pilotado por la persona asignada por la organización del campeonato, también por Guillermo, el compañero de la asociación que logró hacer una prueba perfecto a los mandos de este modelo de aeromodelismo en el que llevaban trabajando todo un año. Los drones o pequeños aviones con motor fabricados por los equipos de las diferentes universidades que participan en el campeonato tienen que completar un circuito sorpresa y superar una serie de pruebas puntuables por el jurado. «El vuelo del Aurora fue absoluto cine», explica Mario, además de dar los detalles de la prueba en la que el dron de la UCLM alcanzó los 70 metros de altura , planeó sin motor durante varios segundos y a continuación realizó con éxito la demostración de velocidad: 10 vueltas a la pista en un tiempo récord, antes de aterrizar, sin duda, el momento más crítico. «Nunca se había logrado un aterrizaje completo y perfecto hasta ese 11 de julio» , comenta el joven responsable de las relaciones públicas y la comunicación en la asociación, «fue un momento que podemos calificar claramento como histórico», y así, este equipo de futuros ingenieros e ingenieras aeroespaciales, electrónicos y eléctricos lograba un hito para la Asociación Diana de aeromodelismo. La asociación se ha hecho después de tres años un hueco en la vida universitaria logrando dos talleres para llevar a cabo su trabajo de diseño, estudio y construcción de drones como el Aurora. Además, en estos tres años han recibido el apoyo de numerosas empresas y marcas de la ciudad y de la región que apuestan por el talento universitario que representa el colectivo Diana. El futuro de este equipo es prometedor. «El plan es seguir intentándolo y mejorar, además de escalar posiciones, llegar más alto y labrarnos un nombre en esa competición», asegura Mario con la ilusión de un veinteañero comprometido con su universidad y el proyecto Diana, pero hay más. « Estamos intentando participar en la competición internacional que se celebra en Alemania, pero es un objetivo a largo plazo«, una meta que cruzarán más que pronto.