En nuestros tiempos convulsos, podemos amanecer con una nueva noticia desoladora sobre el uso que se decide dar a la Inteligencia Artificial en la industria audiovisual prácticamente a diario. A pesar de la anestesia causada por ese goteo, hay veces que la perversión es de tales dimensiones que eclipsa anteriores fechorías. En el caso de la nueva versión de El mago de Oz (1939) que se está proyectando en Las Vegas, su tamaño supera los 14.864 metros cuadrados que ocupa la pantalla envolvente de The Sphere.¿Y qué tiene de malo que la pantalla de cine más grande del mundo acoja la proyección de una de las películas más espectaculares de la historia del cine? Nada que objetar a que la obra maestra dirigida hace 86 años por Victor Fleming se muestre en todo su esplendor sobre una superficie equivalente a varios campos de fútbol o centros logísticos, o que se escuche a Judy Garland cantar Over the Rainbow por los 167.000 altavoces del lugar. Pero lo que la compañía MSG Ventures tiene programado en su apabullante recinto a partir del 28 de agosto no es eso.Los responsables de esta atracción turística de Las Vegas parecen haber concluido que El mago de Oz no es suficiente para llenar sus 18.600 butacas, por lo que su versión necesita otro tipo de reclamos. Para empezar, habrá toda clase de efectos físicos y ambientales destinados a que los espectadores experimenten en la propia sala lo que supone estar en medio del huracán que lleva por los aires a Dorothy y Totó hasta Oz desde Kansas: 750 ventiladores gigantes a toda potencia, niebla, hojas volando... (lo cuentan en The Hollywood Reporter).También habrá llamaradas de fuego acompañando la aparición del mago, e incluso algo parecido a monos voladores. Según el CEO de Sphere Entertainment, más de dos mil personas estarán involucradas en la realización de esta experiencia. Sin embargo, la idea de convertir la proyección de una película en un rato molesto lleno de distracciones ajenas al filme no es nada del otro mundo (solo hay que ir a cualquier multisalas en fin de semana). Donde esta propuesta apuesta por el disparate ebrio de tecnología es con el empleo de IA generativa para expandir la imagen en pantalla además de aumentar su resolución.'El mago de Oz' aumentada por IASegún se puede ver en el extenso publirreportaje del programa CBS Sunday Morning de arriba, esta versión amplificada de El mago de Oz toma el metraje de la película original e inventa relleno para los cuatro costados de cada plano de tal manera que la imagen cubra cada milímetro cuadrado de LED en la inmensa pantalla de The Sphere. Cualquier consideración sobre los encuadres o la composición de plano idea originalmente en el momento de creación de la película queda relegada en favor de inmensas cantidades de aire alrededor de los personajes y horizontes paisajísticos dignos de fondo de pantalla para Windows XP. Todo ello con la superficie de linóleo propia de una imagen en alta definición tan pulida con un criterio puramente homogéneo que ha perdido cualquier atisbo de la rugosidad original, solapada por una espectral textura digna de impermeable puesto a secar al sol. Una combinación perversa de los dos principales males que amenazan los procesos de remasterización y restauración fílmica puestos a ciegas en manos de la IA.Los ejemplos de la aberración tomados de la presentación del proyecto son numerosos y permiten hacerse una idea de los martillazos tecnológicos que han sido necesarios para expandir alrededor de cada plano de la película, hasta llegar al punto de generar la interpretación de actores cuando sus personajes quedaban fuera del encuadre original. Es el caso del tío Henry: para suplir sus salidas y entradas en plano, se ha generado la interpretación del actor Charley Grapewin dándole continuidad más allá de los confines de la realidad y el respeto por la creación artística.Una sombría ironía de este asunto es que El mago de Oz fue en sí misma un modelo de innovación aplicada con sentido en el momento de su creación. La historia comienza en Kansas en blanco y negro y, célebremente, transita hacia el más arrebatador y vivaz Technicolor en una escena inmortal por su capacidad de encapsular la mágica capacidad de asombro de la imagen cinematográfica, estimulada por los avances tecnológicos y la audacia artística. Casi un siglo después, la propuesta que tenemos delante consiste en vandalizar sus imágenes añadiéndoles alrededor cosas, ya sea espacio vacío o elementos vampirizados que no aportan ningún valor salvo ruido, bochorno y espanto. Muy parecido a lo que volveremos a sentir con la próxima nueva noticia sobre el uso de la Inteligencia Artificial en la industria audiovisual.