Beeple ha vuelto a hacerlo. El artista digital que sacudió el mercado vendiendo un archivo JPG por 69 millones de dólares se ha presentado en la feria Art Basel de Miami con una jauría de perros robóticos. Pero no son máquinas normales: llevan máscaras hiperrealistas con las caras de Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos. Y para rematar la performance, los androides deambulan por el recinto y, literalmente, defecan certificados de arte digital delante de los visitantes.La información la recoge TechEBlog, explicando que la instalación se titula Regular Animals. Consta de ocho unidades mecánicas que utilizan máscaras de silicona de alta fidelidad creadas por el escultor Landon Meier. El efecto visual cruza la línea de lo desagradable, viendo cómo el rostro del dueño de Tesla gesticula sobre un chasis de metal y cables que recuerda más a los robots de rescate industrial que a una pieza de museo.Un sistema digestivo basado en la blockchainLo más surrealista es el funcionamiento técnico de la obra. Los robots no solo pasean; llevan cámaras y sensores que escanean al público en tiempo real. Una inteligencia artificial procesa esas imágenes adaptándolas al "estilo" del personaje —Warhol genera colores pop, Zuckerberg gráficos de videojuego— y, cuando termina la digestión de datos, el perro se agacha para expulsar un rollo de papel. Ese ticket impreso contiene un código QR que enlaza a un NFT único, convirtiendo el acto biológico en un proceso de acuñación de criptoarte.Lejos de ser una simple gamberrada, hay mucho dinero detrás. Cada uno de estos perros se puso a la venta por 100.000 dólares y se agotaron durante la previsualización VIP, lo que nos dice que hay gente dispuesta a pagar por cualquier cosa. Resulta irónico ver cómo estos juguetes satíricos encuentran comprador al instante mientras empresas de ingeniería real como Boston Dynamics atraviesan momentos complicados para rentabilizar sus creaciones. Aquí la utilidad práctica es nula, pero el comentario sobre el mercado es evidente.El único que se quedó fuera de la venta fue el robot de Jeff Bezos, que el artista decidió no comercializar. La obra busca señalar cómo los magnates tecnológicos han sustituido a los creadores culturales clásicos, moldeando nuestra realidad a través de sus plataformas. Al final, ver a un perro con la cara de Musk soltando papeles por el suelo es quizás la metáfora más gráfica y honesta que se ha hecho últimamente sobre el estado actual de la tecnología de consumo.El artículo Es posiblemente lo más raro que vas a ver hoy, pero un artista ha puesto la cara ultrarrealista de Elon Musk en un perro cibernético fue publicado originalmente en Andro4all.