Hace 120 millones de años, mucho antes de que el Atlántico existiera tal como lo conocemos, enormes reptiles caminaban sin barreras entre territorios hoy separados por océanos. Ese vínculo olvidado acaba de reencontrarse gracias a un hallazgo sorprendente: huellas fósiles idénticas registradas en Brasil y Camerún, a más de 6.000 kilómetros de distancia.