El primer texto que documenta la persecución del lobo en España es un edicto real de 1542, de los tiempos del emperador Carlos V. Para inicios del siglo XX, los lobos habían desaparecido de las islas británicas, de Francia, de Alemania... de casi toda Europa occidental, salvo en tierras nórdicas y en el extremo norte de la península ibérica. Sin embargo, la población del penúltimo gran depredador que queda en Europa se está recuperando. Esta recuperación de sus territorios históricos se está viendo salpicada de conflictos con las personas que viven o crían ganado en las antiguas tierras de lobos. Sus enemigos de siempre argumentan que los cánidos han perdido el miedo a los humanos, casi siempre por culpa de las políticas conservacionistas. Un experimento muestra ahora cómo el lobo feroz huye despavorido nada más oír una voz humana.Seguir leyendo