La basura espacial es hoy una de las mayores amenazas para cualquier misión en órbita baja. En su última caminata extravehicular, dos astronautas de la misión Shenzhou-20 instalaron un sistema de protección en Tiangong para resistir impactos que podrían ser letales. La maniobra recuerda a las estrategias de la Estación Espacial Internacional, pero en un contexto mucho más saturado de fragmentos orbitales.