El escándalo por el retraso en el seguimiento de al menos dos mil casos de cáncer mama, según reconoce la propia Junta, ha desatado la mayor crisis desde que Juanma Moreno es presidenteEl Gobierno andaluz admite ahora que hay 2.000 mujeres con un posible cáncer de mama pendientes de revisión clínica Las denuncias de mujeres con cáncer de mama por los “errores” en el protocolo de detección y tratamiento del Servicio Andaluz de Salud (SAS) han provocado la mayor crisis política que amenaza al Gobierno andaluz desde que Juan Manuel Moreno es presidente. La oposición a Moreno, que lleva toda la legislatura tratando de cercarle por la gestión sanitaria -abultadas listas de espera, derivaciones a la sanidad privada, contratos a dedo bajo investigación judicial- ha encontrado en este asunto la “chispa” que puede prender de forma más sonora el malestar social con la sanidad pública, aupado ya al segundo problema para los ciudadanos, según el último CIS andaluz. La Junta asume que es una crisis “muy grave”, pero de momento está más preocupada por que las protestas de las mujeres afectadas por el diagnóstico tardío de cáncer deriven en “una demanda colectiva” en los juzgados contra el SAS, como anunció este jueves el abogado que las representa, que por el eco que le dan sus adversarios políticos. Fuentes del Palacio de San Telmo admiten el desgaste que esta situación le está provocando a Moreno, “con la palabra cáncer en los titulares y en las teles nacionales”, pero advierten: “el presidente no va a cesar a la consejera de Salud en precampaña electoral”. Este jueves, en la inauguración de un centro de salud en Torremolinos (Málaga), Moreno se ha centrado en sacar pecho con la inversión sanitaria hecha estos años, en subrayar el papel de los profesionales sanitarios y en pedir a los ciudadanos “que no tiren por el suelo nuestro sistema público de salud” pese a que “puede tener carencias”. 24 horas antes, el presidente de la Junta había tenido que salir personalmente a pedir disculpas, admitió fallos en el protocolo de prevención y, acto seguido, exigió a su consejera de Salud, Rocío Hernández, que se reuniera de inmediato con la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama (Amama), que denunció los primeros casos públicamente la semana pasada, y ha llevado al SAS ante la Fiscalía. “Mejor hoy que mañana”, dijo Moreno. Minutos después, el jefe de gabinete de Hernández telefoneó a una de las portavoces de la asociación, Ángela Claverol: “Me dijo que me llamaba en nombre de Juanma Moreno, que sabían que nos íbamos a reunir con el PSOE en el Parlamento esa tarde, y que la consejera también nos recibiría allí”. La asociación Amama decidió esperar al día siguiente. La consejera, que tenía previsto asistir este jueves a la inauguración de un centro de salud en Torremolinos (Málaga) junto al presidente, tuvo que anular su visita para recibir a las mujeres. Y este último desencuentro ya torció el arranque de la reunión que ha tenido lugar en la mañana del jueves en la sede del SAS, ubicada en el centro de Sevilla. La consejera afeó a las asociadas de Amama que se hubieran reunido antes con el PSOE, principal partido de la oposición, en lugar de darle prioridad a ella, “que es quien tiene la responsabilidad directa para solucionar el problema”. Su departamento confirma esta versión. Las mujeres que acudieron a la reunón aseguran que Hernández les “riñó”, entre otras cosas, por “haber politizado” el asunto. Y ellas la acusaron de haber “minimizado el problema”, haberlo reducido a “cuatro casos” y haberles culpado de una supuesta “manipulación del sistema sanitario andaluz”, como había dicho el día anterior, durante una entrevista en la Cadena SER, también muy criticada desde dentro del Gobierno por “el tono inapropiado” que usó. Un encuentro “incómodo” elDiario.es Andalucía ha consultado a ambas partes sobre el contenido y las formas de la reunión entre el equipo de la consejera y las mujeres de Amama, que se prolongó más de hora y media. Tanto desde la consejería de Salud como desde la asociación coinciden en que el encuentro empezó “regular” o “mal”, que hubo “cruce de reproches y recriminaciones” y que fue “incómodo”. Al finalizar, las afectadas valoraron que el SAS haya puesto finalmente el foco sobre el problema, que la consejera volviera a disculparse y asumiera que ha fallado el sistema porque no se informó a las mujeres de la evolución de su “lesión”, pasando meses o años sin saber si su cribado “dudoso” podía confirmarse como un tumor maligno. Pero también recuerdan que la Consejería de Salud ya conocía este asunto “desde hace años”, que la presidenta de Amama se lo trasladó a los dos últimos consejeros, Jesús Aguirre (hoy presidente del Parlamento) y Catalina García (hoy consejera de Medio Ambiente), y que varios sindicatos sanitarios han denunciado públicamente los “recortes” en el servicio de radiología y mamografías, ahora en el centro de la polémica. Al término de la reunión, Ángela Claverol lamentaba ante los periodistas que “nos hemos sentido ninguneadas. No venimos a hacer política sino a que se arregle”. La asociación está valorando presentar una demanda colectiva, una decisión que dependerá de la información y las medidas que se tomen en el plazo de un mes, ha puntualizado el abogado Manuel Jiménez. Por su parte, el SAS emitió tras el encuentro un comunicado admitiendo que hay 2.000 mujeres con un diagnóstico previo “no concluyente” de cáncer de mama pendientes de que las llamen para confirmar o descartar la enfermedad. Es lo mismo que la consejera les dijo a puerta cerrada, además de explicarles que un resultado “dudoso” o “no concluyente” del cribado era en el 98% de los casos “una lesión posiblemente benigna”. “Usted ve el vaso medio vacío” El cribado de cáncer de mama, que cada años se realizan unas 450.000 andaluzas de entre 49 y 71 años, puede dar tres resultados: “positivo”, “negativo” y “lesiones dudosas” o “no concluyentes”. Esta última categoría en el sistema de reporte de imágenes mamarias –en el argot clínico, BI-RADS 3 o sistema de calificación mamográfica 3– significa que hay un “hallazgo sospechoso probablemente benigno, con una probabilidad de cáncer inferior al 2%”. A pesar de ello, un diagnóstico así requiere de un seguimiento “a corto plazo, generalmente a los seis meses, mediante estudios de imagen para ver cómo evoluciona y confirmar si es positivo o negativo”. Lo que denuncian las afectadas, representadas por Amama, es que en su caso ese plazo se demoró más de seis meses, un año o hasta dos años. La consejera de Salud explicó a las mujeres que la probabilidad de que un resultado dudoso fuera un cáncer de mama era “estadísticamente muy baja”. -“¿Usted puede asegurar que un BI-RADS 3 es 100% negativo? A lo mejor no es cáncer, pero ¿y si sí?”, preguntó Claverol. -“No, no hay garantía al 100%. Pero es que usted ve el vaso medio vacío…”, respondió la consejera, siempre según las mujeres presentes. Amama exige soluciones en un mes El problema, explican desde Amama, es que las cuatro mujeres con cáncer de mama que estaban allí reunidas con la consejera de Salud formaban parte de ese 2% en el que un diagnóstico previo “dudoso” o “no concluyente” termina siendo maligno. Ellas lo achacan al retraso en el diagnóstico y en el tratamiento, por eso lo han denunciado ante la Fiscalía. La gerente del SAS dedicó un rato a explicar las distintas categorías de resultados de mamografías –“vosotras no sois médicos, no tenéis que saber esto”–, y una de las mujeres respondió que “hace año y medio que conozco toda la terminología oncológica”. “También es verdad, mujer”, replicó la gerente, de quien las mujeres destacan el “buen trato y el buen tono”. El abogado de Amama, Miguel Jiménez Soto, estuvo presente en la reunión y amenazó con acudir a los tribunales si en el plazo de un mes el SAS no había dado solución a las afectadas, aseguran fuentes del Gobierno andaluz. Jiménez Soto pidió que un miembro del gabinete jurídico de la Consejería de Salud se pusiera en contacto con él, después de que la gerente del SAS asegurara que no le constaba ninguna reclamación. En la reunión estuvieron presentes cuatro socias de Amama enfermas de cáncer de mama, el abogado de la asociación y Claverol, portavoz ante los medios de comunicación. Por parte de la Junta, la consejera y su jefe de gabinete, la gerente del SAS, Valle García, la jefa de prensa de la consejería de Salud y otra miembro del equipo. El encuentro había adquirido una trascendencia política de tal nivel que hasta el edificio se acercó el jefe de comunicación de la Junta de Andalucía, Sebastián Torres, aunque no estuvo presente en la reunión. Desde el Gobierno andaluz aseguran que se les puso “alfombra roja” a las representantes de Amama y que el trato fue “exquisito”. Cambios en el protocolo Entre las 2.000 mujeres que se enfrentan a esa incertidumbre, sólo el 2% podría encontrarse con la confirmación de un cáncer de mama que requiera una intervención más urgente, según los cálculos del SAS. Cuando el diagnóstico es positivo o negativo, se informa del resultado a la paciente, pero cuando la prueba no es concluyente, “las mujeres pueden no haber sido informadas de que su caso sigue un procedimiento clínico con supervisión médica”. La consejera ha ordenado que empiecen a llamar a estas 2.000 mujeres, una a una, desde este mismo jueves para asegurar un diagnóstico más preciso. El objetivo es que “sean informadas en el primer momento y no sólo al llamarlas para una segunda cita”, evitando someterlas a un periodo indeterminado de incertidumbre y miedo sin saber si el cáncer es maligno o benigno. En paralelo, se van a revisar las mamografías de “tres años para atrás” y la Consejería ha trasladado a Amama que se “están depurando responsabilidades”, además de que se va a establecer un circuito preferente para las pacientes afectadas por estos retrasos, algo que para la asociación “tendría que estar ya operativo”. Los puntos críticos que están confirmados por el momento por la Consejería de Salud son el hospital Virgen del Rocío en Sevilla y “varios centros de salud”. La tormenta política Amparo Pérez, una de las mujeres de Amama presentes en la reunión, contaba al salir de la misma que se ha sometido a una mastectomía doble –extirpación de los dos pechos– y ahora está “muy feliz de estar viva”. Pero no olvida cuando le dijeron que tenía un cáncer seis meses después de hacerse una mamografía dentro del programa de detección precoz del cáncer de mama. “Si no se hubiera retrasado, a lo mejor no me habría hecho la mastectomía doble. No lo sé, pero de lo que se trata ahora es de solucionar el error y que no les pase a las que vienen detrás”. Lo que no tiene visos de amainar es la tormenta política, después de que todos los partidos de izquierda hayan vuelto a reclamar este jueves el cese de la consejera de Salud y una asunción real de responsabilidades, ya que el problema es de tal calibre que no vale con disculparse. Hasta Vox le ha reclamado a Juan Manuel Moreno que no “frivolice” con esta cuestión. A este coro de voces se han unido también sindicatos (CSIF y UGT) y la Federación de Consumidores y Usuarios (Facua), que ha llegado a calificar estos errores con el cribado como “el mayor escándalo de la sanidad pública andaluza en toda la democracia”. Al margen del tenso debate que tuvo el miércoles con la consejera la portavoz adjunta socialista, Ángeles Férriz, en la comisión parlamentaria de Salud, el ejemplo de que la cuestión va a tener un largo recorrido político lo ha puesto este jueves que el PSOE federal ha intentado arrastrar a esta cuestión al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Y el portavoz de Adelante Andalucía en el Parlamento andaluz, José Ignacio García, con un mensaje en redes: “El resultado de la mamografía para saber si tienes cáncer tarda un año, pero Juanma Moreno te descuenta ocho euros del gimnasio. Prioridades”.