Orlinda Martín Trujillo, la turista colombiana de 60 años que lleva desaparecida desde el 22 de junio pasado, sigue en el objetivo de la Policía Nacional. El grupo de investigadores no ha dado con su rastro , desde que abandonó el aeropuerto de Madrid aprovechando un despiste de su padre, anciano, en una escala hacia su país. El gran problema es que esta mujer padece una demencia muy avanzada y no llevaba la medicación en el momento del suceso. Las fuentes consultadas por ABC apuntan a que «no existen terceras personas» en el caso; no es tanto que la víctima se fuera por su propia voluntad (su enfermedad la anula), pero sí que no es víctima de ningún secuestro ni detención ilegal. «Salió desde el aeropuerto hacia Alcobendas [de hecho, hay cámaras que captaron cómo deambulaba despistada por el arcén]. Lo más probable es que caminara mucho, pues los médicos especialistas que hemos consultado han explicado que alguien con alzhéimer o una patología similar puede transitar hasta 30 kilómetros en un día casi sin darse cuenta», indican nuestros informantes. Lo que sospechan en la Brigada Provincial de Policía Judicial es que, al no ir medicada y estar totalmente desoriendada, pudo caer en algún lugar. «Ese día hacía muchísimo calor. No hay otra explicación, porque hemos buscado con drones, helicópteros, perros... Pero hay multitud de senderos en esa área». Además, no le dan credibilidad, una vez estudiadas, a algunas llamadas que la situaban horas después caminando tranquilamiente por Callao y la Gran Vía. Se han consultado los medios de transportes de la ciudad, híper vigilados, y no ha dado fruto el volcado de las imágenes. Aunque se sigue trabajando en el caso, las posibilidades de llegar a un final feliz son escasísimas; ello no implica que no se vaya a dar con su paradero, sea el que sea y en las circunstancia en que se encuentre la mujer. Orlinda y su padre, de 83 años, habían pasado unos días en Ibiza con una de sus hijas y se dirigían de vuelta a su hogar, en la ciudad de Cali (Colombia). A las 8.30 del 22 de junio se encontraban haciendo escala en el aeródromo de Adolfo Suárez-Madrid Barajas. En plena fase de su demencia, aprovechó que el anciano se había despistado para irse caminando, con la excusa de que necesitaba ir al baño. Y eso que tenían contratado un servicio de acompañamiento aeroportuario y estaban en una sala especial. Las cámaras la captaron saliendo de la infraestructura a las 9.05 de esa mañana; sobre las 9.50 se la vio, a través de la videovigilancia de una gasolinera; y, a las 10.35, pasando por la carretera de Barajas a Alcobendas, a la altura del club de pádel y tenis El Estudiante, en el kilómetro 4. La familia, especialmente su hijo, Juan David, se encuentra desesperada. Él vino de Colombia con su mujer y ha peinado cielo y tierra con coches de alquiler, sin ningún resultado. Orlinda Marín Trujillo mide 1,55, es de complexión delgada, pelo castaño y corto. Vestía un pantalón negro holgado y una camisa blanca de verano. Va indocumentada y necesita su medicación indispensablemente.