El Alto Egipto, al sur del país, está siendo golpeado por el shabú, como se llama en algunas zonas a la metanfetamina cristalina, una droga altamente adictiva y cuyo abuso está asociado con comportamientos agresivos y violentos. “Algunos pueblos están completamente tomados por los traficantes”, advierte Gamal Taha, líder comunitario de Asiut a este diario. Fuentes de la Fiscalía egipcia confirman a EL PAÍS esta información y añaden que existen aldeas donde la policía ni siquiera puede entrar.Seguir leyendo