Un soltero estadounidense, espantado por la controvertida opinión de su cita sobre Trump: «Es todo mentira»

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Álex (33), un estadounidense de Arizona, viajaba a Madrid para cursar un master hace ocho años. Allí conoció a su pareja, y aunque lo acabaron dejando, cuando llegó la hora de decidir si volver o quedarse ya tenía su vida establecida en España. Este jueves 2 de octubre el administrativo acudió a 'First Dates' «abierto a todo». A Carlos Sobera le contó que su intención era vivir la experiencia del programa, y si encontraba el amor, mejor que mejor. En cuanto a su prototipo de hombre, aseguró que considera la inteligencia y la actitud lo más importante. «Que tenga un poco de complejidad, igual que yo. Que sea un poco serio pero sepa hacer bromas», agregó ante el equipo del restaurante de citas de Cuatr o. En resumidas cuentas, Álex esperaba encontrar en el 'dating show' una persona polifacética. Y los celestinos se la presentaron. Pero a diferencia de la velada protagonizada el día anterior por Bella, una independentista convencida, y Manuel , esta vez la política sí arruinó el encuentro. La cita de Álex era Pablo (41), un enfermero madrileño, que se presentó como un hombre que cree más en Dios que en cualquier otra cosa. «Es más fácil creer que alguien todopoderoso creara el universo, a pensar que todo viene de un Big Bang o de la teoría de la evolución de Darwin de la rana o de la gallina y los huevos». Al verle, al estadounidense le pareció un chico guapo, pero no le dio el aprobado a su vestimenta. «Que vaya en bermudas y camiseta… Esperaba un poco más». Pablo , sin embargo, no le puso ni una pega a su pretendiente. Los solteros comenzaron a conocerse hablando de sus profesiones. El enfermero le contaba a su acompañante que hace años que no trabaja en hospitales «porque la salud es un negocio». «Es algo más profundo que tomar pastillas o hacer caso a las indicaciones del médico, al que probablemente no le importe nada tu salud», desarrolló en los totales. También revelaba que el covid-19 le hizo creer en Dios y en el amor. De hecho, venía de pasar un fin de semana en un convento de monjas. «Hemos ido a unos baños termales, hemos ido al campo, a unas cascadas…», relató, dejando claro que prefiere planes de ese tipo antes que cualquier fiesta en Madrid. Mientras Álex escuchaba sin emitir una palabra y con cara de circunstancia, Pablo siguió expresando sus pensamientos. «Yo era una loca, pero a los 37 empecé a creer. Para mi era mentira todo, la ciencia manda. No, la ciencia era otra mentira ¿Por qué estamos aquí? ¿Quién nos hizo? Pues si no es Dios, dime tú qué es». Al estadounidense, como comentó en la entrevista, no le pareció un tema demasiado apropiado para una primera cita, «cuando no me conoces para nada…». Más tarde, Pablo desviaba la charla hacia un tema todavía más peliagudo para un primer encuentro. Quería saber la postura de su pretendiente sobre la política española. «Peor que T rump casi imposible», sentenciaba Álex . Pero el madrileño no pensaba lo mismo en absoluto. De hecho, desvelaba que había pedido en una famosa web china unos calcetines con la cara del presidente de Estados Unidos. Perplejidad es lo que sintió el administrativo en ese momento. «Citando el meme, 'me he quedado muerta'. Cuando ha empezado a hablar de eso no lo podía creer. Y cuando ha empezado a hablar de los calcetines ni quería preguntar, no quería saber si le gusta o no Trump . Era demasiado sorprendente. Salí de Estados Unidos para no hablar de Trump en una cita», manifestaba ante el equipo del programa. Pablo, sin embargo siguió defendiendo su opinión sin esperar respuesta de su interlocutor. Aseguró que le da igual la política, que la odia y que piensa que todos son iguales. «Pero Trump no creo que sea tan malo como el anterior, como el Biden ese de los huevos», aseveraba. Álex , que creció a 80 kilómetros de la frontera con México, ha vivido de cerca diariamente las tensiones que los demás leen solo conocen por los medios de comunicación. Pero su cita lo puso en duda, proclamando que «lo que sale en la prensa es todo mentira». «Que sea un poco trumpista me ha echado un poco para atrás», confirmaba el estadounidense en la decisión final. Pese a que Pablo sí quería seguir conociéndolo, Álex no confiaba en que pudiera funcionar una relación con creencias tan diferentes.