Cuando los libros se usan solo para decorar

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Imagen vía Depositphotos.Desde siempre, los libros han sido más que meros contenedores de ideas: son símbolos de cultura, sofisticación y cierto estatus social. Sin embargo, en los últimos tiempos ha emergido una práctica curiosa: comprar libros para decorar estanterías y proyectar una imagen de intelectualidad. Esta tendencia combina diseño de interiores, consumismo y aspiraciones de identidad. En El gran Gatsby, F. Scott Fitzgerald describió cómo Jay Gatsby forraba sus estanterías con libros aún sin cortar, un gesto teatral más que un reflejo del hábito lector. Esa misma teatralidad reaparece hoy: construimos estanterías que parecen colecciones acumuladas durante décadas, incluso cuando muchos o incluso todos de esos tomos nunca han sido ni serán abiertos.Según la editorial Thames & Hudson, existe una demanda creciente de libros con lomos del mismo color o estética por parte de diseñadores de interiores que buscan armonía visual. En respuesta a esta tendencia, plataformas como Etsy han visto un aumento explosivo en búsquedas relacionadas con decoración para amantes de los libros. Vendedores ofrecen paquetes de libros para decorar, por ejemplo, volúmenes antiguos al azar o todos con cubiertas de un mismo color, para llenar estanterías de forma rápida y vistosa. En estos casos, más que las historias, lo que importa es la textura y el aspecto visual del conjunto.Decorar con libros puede aportar calidez, carácter y una sensación de hogar. Los libros, como elemento decorativo, añaden textura y color y hacen que un espacio parezca más vivo. Sin embargo, si usamos los libros solo como adorno, sin intención de leerlos, podemos caer en un escapismo simbólico: aparentar lo que no somos. La práctica puede fomentar el consumismo sin sentido, generando cosas que no tienen un significado real, sino solo estético. Además, este fenómeno refleja tendencias de moda en decoración, como el quiet luxury o la estética de riqueza discreta, trasladadas al espacio físico del hogar. Un libro que parece raro, antiguo o exquisito puede transmitir más de lo que su contenido literario en sí mismo representa.Aun así, es posible encontrar un equilibrio. Hacer que los libros cuenten nuestra historia, combinando volúmenes que realmente queramos conservar y leer con otros elegidos por estética, puede lograr un efecto más auténtico. Optar por menos volúmenes y combinarlos con coherencia, alternando colores y tamaños y cuidando la estética son estrategias para evitar que la decoración se convierta en simple pantomima. Una estantería pequeña y bien pensada puede decir más de nosotros que dos metros de volúmenes genéricos, y los libros pueden llegar a ser elementos visuales y emocionales a la vez.La moda de los libros para decorar no es mera excentricidad: es un síntoma de cómo nuestra relación con la cultura, el consumo y la identidad se proyecta hacia el hogar. Decorar con libros puede ser hermoso y significativo, pero también puede volverse una actuación sutil de sofisticación. La clave está en encontrar un equilibrio que permita que los libros no solo sean un elemento decorativo, sino que también tengan algo que decir en la vida cotidiana.____________________________________________________________________________________________   No olvides que puedes seguirnos en Facebook.The post Cuando los libros se usan solo para decorar appeared first on La piedra de Sísifo.