El presidente de EE. UU., Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva para prorrogar otros 90 días la entrada en vigor de los aranceles para China mientras siguen las negociaciones entre las dos superpotencias, informó la cadena CNBC. El republicano firmó el decreto apenas horas antes de la medianoche, cuando debía expirar la pausa en los aranceles para el gigante asiático. La nueva prórroga arancelaria era el resultado esperado tras la última ronda de negociaciones entre EE. UU. y China que se llevó a cabo en Estocolmo (Suecia) a finales de julio.La problemática relación entre EE. UU. y China se enfrenta hoy a un nuevo punto de inflexión, cuando se cumplen los 90 días de tregua arancelaria, mientras la Administración Trump intenta reorientar una relación esencial para la economía estadounidense y que se enfrenta a complejos equilibrios, como la competencia entre semiconductores, la hegemonía en inteligencia artificial (IA) o la relación con la Rusia de Vladímir Putin.(Más: Por qué Trump asegura que ‘Bogotá es uno de los peores sitios del mundo’).Hace una semana el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, había dicho que tras varias rondas de negociaciones en Europa, las dos grandes economías mundiales tienen un “principio de acuerdo” para evitar unos aranceles históricos que desvincularían a dos economías que hasta ahora dependen mutuamente de su relación comercial.Donald Trump, presidente de Estados UnidosEFE - WILL OLIVEREn mayo, las dos partes pactaron en Ginebra la actual tregua que expira este próximo martes, la cual fijaba una reducción de 115 puntos porcentuales en las tasas que se habían cruzado desde principios de abril y que se tradujeron en un embargo comercial ‘de facto’ entre las dos mayores potencias económicas del mundo. Las dos partes mantuvieron a finales de julio sus últimas conversaciones, en Estocolmo, donde mostraron su voluntad de seguir priorizando el diálogo sobre la escalada en una guerra comercial que llegó a amenazar con desordenar las cadenas de suministro y sacudir los mercados.(Más: Esta nación está bastante preocupada por la nueva enfermedad que se originó en China).Las últimas reuniones se saldaron con declaraciones de buenas intenciones, si bien el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, advirtió de que los aranceles sobre las importaciones chinas podrían rondar el 80% u 85% si no se llegaba a un acuerdo para corregir el actual desequilibrio comercial entre ambos países y la “sobrecapacidad” exportadora de Pekín. El encuentro en la capital sueca siguió al mantenido en Ginebra, a otro en Londres y a la conversación telefónica que mantuvieron en junio Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, para limar asperezas. EE. UU. había llegado a imponer aranceles del 145% a los productos chinos, mientras que Pekín elevó al 125% los suyos sobre los estadounidenses, si bien después Washington bajó los gravámenes al 30% y China al 10%.No obstante, el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, reveló que el nivel de aranceles impuesto actualmente por EE. UU. contra su país es del 53,6%, “uno de los más altos del mundo”, desglosando las tasas en un 10% de base, un 20% por la producción en China de precursores químicos usados para fabricar el fentanilo que se vende en EE. UU. y otro 23,6% adicional por gravámenes ya existentes.ChinaiStockLa reunión de Londres en junio se saldó con la aprobación, por parte de Pekín, de solicitudes de exportación sobre las tierras raras. EE. UU., por su parte, canceló algunas de las “medidas restrictivas” que había impuesto a China, como los controles a la exportación de chips. Según los analistas, Washington espera todavía garantías o un acceso menos limitado a esos materiales clave - China controla el 70% de su producción mundial y casi el 90 % de los imanes de alto rendimiento-, con los que Xi ha logrado hacer palanca para limitar la capacidad de Trump de tomar medidas más contundentes contra Pekín.(Le recomendamos: Regalos costosos y nominaciones al Nobel de Paz: así buscan ganarse a Trump).También ha entrado en escena una hipotética sanción a Pekín por importar petróleo de Rusia ante la negativa del Kremlin a detener la guerra en Ucrania, algo que haría descarrilar las negociaciones. El país asiático defiende su derecho a mantener relaciones normales con el resto de sus socios comerciales y rechaza la presión de Trump.Trump dijo que espera tener este viernes en Alaska una “conversación constructiva” con Vladímir Putin, en su próxima cumbre en Alaska. “Voy a hablar con Vladímir Putin y le diré: ‘Tienes que poner fin a esta guerra’”, declaró Trump. “Me gustaría ver un alto el fuego muy pronto”.“Me pareció muy respetuoso que el presidente de Rusia viniera a nuestro país, en lugar de ir nosotros a su país, o incluso a un tercer país (...) creo que tendremos conversaciones constructivas”, declaró.“Esta es una guerra que nunca debería haber ocurrido”, afirmó sobre la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022. El mandatario estadounidense también expresó su descontento con presidente Zelenski por descartar concesiones territoriales a Rusia.EFE